Las altas concentraciones de CO2 en la atmósfera también afectan los océanos y pueden tener consecuencias para todos los seres vivos, incluidos los humanos, que habitan estos ecosistemas. El primer paso para hacer frente a este fenómeno es tener mediciones constantes para tomar acciones a tiempo.

José Daniel Pabón-Caicedo | Grupo de investigación Tiempo, clima y sociedad, Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL)

Paula Judith Rojas Higuera | Grupo de investigación Tiempo, clima y sociedad, Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL)share

Cuando el océano absorbe el CO2, el gas reacciona con el agua cambiando su composición química en un proceso llamado acidificación. Foto: archivo Unimedios.Cuando el océano absorbe el CO2, el gas reacciona con el agua cambiando su composición química en un proceso llamado acidificación. Foto: archivo Unimedios.

En el Informe sobre el estado del océano 2024 de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), se alerta sobre la acidificación del océano, además del calentamiento del océano, la contaminación con plásticos y la eutrofización o alteración del balance de nutrientes, entre otros fenómenos que amenazan el ambiente marino. En efecto, la tendencia a la disminución del pH del agua marina tendrá repercusiones tanto en los ecosistemas y la biodiversidad como en la autonomía alimentaria de comunidades costeras e insulares y en la economía de los países que dependen de manera importante de los recursos biológicos marinos.

Este proceso del cambio ambiental global se manifestará en las áreas marítimas colombianas, con efectos sobre la biodiversidad y los ecosistemas marinos, además de impactos socioeconómicos importantes no solo para las poblaciones que viven en las costas e islas sino para el país en general, por lo que los estudios e investigaciones relacionadas son pertinentes y urgentes.

El océano absorbe el dióxido de carbono atmosférico (CO2), que queda contenido en el agua marina como dióxido de carbono disuelto y participa en diversos procesos bioquímicos como los asociados con la formación de carbonatos; que determinan la acidez o la alcalinidad del océano, parámetros que se valoran mediante la escala logarítmica del pH, que va de 0 a 14 unidades: por debajo de 7 el medio es ácido, y por encima de 7 es alcalino. En promedio global, el pH del agua marina ha estado entre 8,0 y 8,2 unidades, independientemente de la variación espacial y temporal que pueda estar un poco fuera de este umbral.

Dado que el CO2 atmosférico ha venido aumentando debido a procesos humanos (IPCC, 2021), el flujo de este gas desde la atmósfera al océano se ha incrementado de tal manera que está generando una disminución del pH, es decir una tendencia de largo plazo hacia la acidez, proceso denominado “acidificación del océano”, aunque el promedio global del pH no se ha ubicado por debajo de 7,0 unidades.

Según el Informe de la Unesco, desde la década de 1980 en océano abierto la tendencia global a la disminución del pH ha tenido un ritmo entre 0,017 y 0,027 unidades por decenio, mientras que en las aguas adyacentes a las costas el ritmo de disminución ha sido muy variado regionalmente debido a la influencia de procesos naturales y antrópicos continentales. En la proyección hacia finales del siglo XXI, el Informe estima que la disminución del pH puede llegar a 0,3 unidades en relación con lo observado en el periodo 2006-2015.

La identificación de la expresión regional de la acidificación del océano en las áreas marítimas colombianas afronta dificultades debido a vacíos en las series históricas de datos de medición de pH, a lo esporádico de estas y a la diversidad de técnicas/métodos utilizados.

En el grupo de investigación Tiempo, clima y sociedad, del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), el tema se ha abordado mediante la organización de los datos provistos por la Dirección General Marítima (Dimar) y por el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vives de Andreis (Invemar), los cuales se han depurado y organizado para periodos y sectores de las áreas marítimas colombianas para hacerlos comparables y representativos de procesos de largo plazo y de escala regional.

Identificar los impactos de la acidificación del océano sobre los ecosistemas y organismos marinos todavía es un reto para el mundo. Foto: archivo Unimedios.Identificar los impactos de la acidificación del océano sobre los ecosistemas y organismos marinos todavía es un reto para el mundo. Foto: archivo Unimedios.

Con base en estos datos, para el periodo 1996-2015 se estimó un ritmo de disminución del pH de 0,018 unidades/decenio para el mar Caribe, y de 0,029 para el Pacífico. De otra parte, con la información del Coupled Model Intercomparison Projet versión 6 (CMIP6), se estimó que hacia finales de siglo XXI habría una disminución de 0,017 unidades/decenio en el Caribe y de 0,019 en el Pacífico, en comparación con lo observado a finales del siglo XX.

En el último decenio han aumentado las investigaciones sobre el tema para Colombia, por investigadores y grupos de investigación nacionales y extranjeros. Algunos grupos han avanzado, con exploraciones de laboratorio, en la identificación del efecto de los cambios del pH en la vida marina.

Se deben fortalecer sistemas de monitoreo

Sobre la actividad científica nacional, es muy diciente el hecho de que en el Informe de la Unesco aparezcan en el mapa de la distribución de los puntos de medición de química de carbonatos los dos litorales de Colombia con varias estaciones cada uno; además, en el gráfico se presentan las tendencias del pH en estaciones costeras, información proveniente de las mediciones realizadas en la Bahía de Santa Marta desde 2019.

Los avances nacionales en monitoreo e investigación de la acidificación del océano requieren de apoyo para su continuidad y fortalecimiento, necesarios para la producción del conocimiento y de la información requeridos para diseñar estrategias orientadas a reducir los posibles impactos mediante la adaptación de los territorios a las nuevas realidades ambientales que este fenómeno está imponiendo.

Generar conocimiento e información acerca del estado del país en esta problemática es una base para el cumplimiento de las metas planteadas para lograr el Objetivo 14 de la Agenda 2030, en particular en lo que concierne a la meta 14.3: “Reducir la acidificación del océano: minimizar y abordar los efectos de la acidificación de los océanos, incluso mediante una mayor cooperación científica a todos los niveles”.

Sea entonces la oportunidad para instar a la Comisión Colombiana del Océano (CCO) y al Sistema Nacional Ambiental a implementar acciones para fortalecer el sistema de monitoreo bio-geoquímico marino, en especial el de océano abierto, a fin de disponer de datos de mediciones regulares y de acceso abierto; igualmente, al Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y a los institutos y centros de investigación sobre el medio marino, dar relevancia al tema y promover la investigación sobre la acidificación del océano, acerca de su manifestación en las áreas marítimas colombianas y en la identificación de los riesgos (posibles impactos) asociados.

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