Sin contar al plantel de Tracey Kevins, 47 jugadoras distribuidas en doce equipos del torneo compiten en la universidad o el fútbol profesional del país americano. FIFA repasa historias de diferentes futuras estrellas
- 47 jugadoras que del torneo forman parte del fútbol de Estados Unidos
- La lista se divide entre 12 Selecciones
- La estructura del sistema universitario, clave en la decisión
Mariana Barreto se terminaba de recuperar de una lesión y no tenía demasiado material para mostrar en video. Tuvo que esperar algunas semanas más hasta sentirse apta, competir y lograr un material que reflejara su nivel de juego. Cuando en la universidad Central Methodist University, de Missouri, vieron su talento, le ofrecieron una beca completa para que jugara en su equipo de fútbol y estudiara una carrera. A la 9 de Venezuela le costó dar el salto, irse de su país y alejarse de su familia, pero, al final, era lo que buscaba.
Hace un año que compite en Estados Unidos. Mientras juega, estudia marketing, se ilusiona con ser profesional en el fútbol pero también finalizar una carrera mientras termina de perfeccionar su inglés. Está lejos de su casa, de sus amigos, de su hogar.
«Como en todo lo que quieras tienes que hacer sacrificios, si quieres lograrlo, hay que sacrificarlo. Yo sacrifico que no veo a mi familia y no la voy a ver por un tiempo por perseguir mis sueños», dijo a FIFA la delantera que participó en Colombia 2024.
Como ella, otras 46 jugadoras que forman parte de la Copa Mundial Femenina Sub-20 2024 compiten en Estados Unidos, ya sea en la universidad o en el fútbol profesional. El número es altísimo si se tiene en cuenta que el segundo país que más jugadoras recibe en su fútbol es Francia, con 13 representantes, seguido por España, con 8.
Hay historias de todo tipo. Algunas, como Maribel Flores, de México, nacieron en Estados Unidos pero abrazaron a la Selección de su familia. Inspirada por sus abuelos, de Jalisco, que la fomentaban desde niña a jugar con la camiseta del Tri, siguió su deseo y es una de las jugadoras más importantes del equipo que dirige Ana Galindo.
«Poder representar de donde viene mi familia y darle gracias a ellos que han sacrificado mucho para que pueda jugar en un nivel de fútbol que es muy alto es muy importante para mí. Por eso escogí México y aquí me siento en casa también», dijo en una entrevista a FIFA la delantera que ya participó en la Copa Mundial Femenina Sub-17 India 2022 y fue clave en la clasificación de la Concacaf Sub-20 2024. Flores, de 19 años, juega en la University of Southern California.
Si se comparan los números con la última edición del torneo, puede observarse una tendencia. En Costa Rica 2022 había 35 jugadoras que participaban del fútbol de Estados Unidos, divididas en ocho equipos. Ahora, son doce las Selecciones que tienen al menos una jugadora que forma parte del sistema americano.
Parte de la explicación tiene que ver con la estructura que ofrece Estados Unidos en relación a otros países. Aunque no es único, sí se destaca por su alto nivel tanto en el fútbol como en el costado académico. La mayoría de las becas que consiguen las jugadoras nacen del «Título IX», una ley que exige igualdad en los colegios y universidades y que incluye a las becas deportivas. Por ejemplo, en la Universidad de Texas, los deportes masculinos reciben un cierto número de becas para deportistas. Las mujeres tienen derecho a lo mismo. El dinero generado también se divide en partes iguales. Por eso, disciplinas de evidente poderío económico como el fútbol americano generan una enorme caja que luego será repartida entre todos los deportes, incluido el fútbol femenino.
Canadá, por evidentes razones geográficas, es el equipo con más jugadoras en el fútbol de Estados Unidos, con 17 representantes. Le siguen Venezuela, con ocho, y México, con cuatro.
Así analiza la tendencia la entrenadora de Estados Unidos, Tracey Kevins: «Creo que es enormemente beneficioso para una liga tener diversidad en los estilos de juego de los equipos y diversidad de jugadoras. Esto permite a nuestras jugadoras enfrentarse a jugadoras de nivel antes de medirse en competiciones internacionales. Entonces, en realidad ayuda, aunque lo que queremos hacer es asegurarnos de que no lleguemos a un punto en el que le quitemos minutos a las jóvenes talentos que están llegando». Y agrega: «Creo que la tendencia continuará porque las jugadoras que han venido lo han hecho brillantemente. Así que eso siempre aumentará la confianza de un propietario, un gerente o una universidad a comprometerse con una jugadora».
informe completo en www.fifa.com