Botafogo's players celebrate with the trophy after winning the Copa Libertadores final football match between Brazilian teams Atletico Mineiro and Botafogo at the Mas Monumental Stadium in Buenos Aires on November 30, 2024. (Photo by ALEJANDRO PAGNI / AFP)

El triunfo del Fogão ante Atlético Mineiro en Buenos Aires le permitió emitir su boleto para el Mundial de Clubes de la FIFA 2025 y para la Copa Intercontinental de la FIFA 2024.

FIFA
  • Botafogo venció por 3-1 a Atlético Mineiro y levantó su primera Copa Libertadores
  • Su consagración le permitió convertirse en el último clasificado al Mundial de Clubes 2025
  • También disputará la Copa Intercontinental 2024, donde enfrentará a Pachuca en el primer juego

En la cuna mundial del tango, en el epicentro del corazón porteño del país de los últimos campeones del mundo, uno de sus máximos exponentes inmortalizó una frase que le calza a la perfección a la epopeya del Botafogo en el Estadio Monumental. Roberto Goyeneche, uno de los nombres sagrados de la música rioplatense, lo advirtió en su inolvidable «Naranjo en Flor»: Primero hay que saber sufrir y después amar.

Y vaya que el Botafogo tuvo que sufrir, porque la noche soñada durante más de seis décadas se tiñó de pesadilla en los primeros treinta segundos. La artera patada de Gregore, antes del minuto de juego, sobre Fausto Vera a la altura de su cabeza generó una doble conmoción: primero por los gestos ampulosos de sus compañeros de Atlético Mineiro, preocupados por la salud del mediocampista, y después en los hinchas de un Botafogo que viajaron en gran número hasta la capital argentina con la ilusión de levantar su primera Libertadores.

Pero Atlético Mineiro nunca consiguió traducir la superioridad numérica dentro de la cancha. Asumió el protagonismo por inercia pero con limitaciones que le impidieron descifrar el bloque bajo que automáticamente montó la disminuida armada del entrenador portugués Artur Jorge. El Gallo hacía circular la pelota de lado a lado pero no conseguía identificar un pasillo para clavar la daga.

Únicamente Hulk, con su clásica jugada de recepción sobre el sector derecho, recorte y zurdazo, había inquietado al fondo de un Fogão que encontró garantías en las manos de su arquero John. Deyverson, una mente que sueña con lo imposible, lanzó un bombazo desde una posición incómoda que pasó cerca del ángulo superior izquierdo, un remate que si hubiese terminado dentro del arco hubiese sido una obra maestra. Pero fue la única gran chance de una de las figuras del equipo, quien terminó marchándose reemplazado a los 75 minutos.

Los minutos empezaron a convertirse en un aliado del Botafogo, más cómodo ante un asedio que fue cesando después del primer cuarto inicial. Con astucia, coraje y corazón, el Fogão fue plantándose en campo contrario y encontró en una genial aparición de Thiago Almada la vía para destrabar el marcador y sorprender al mundo.

El enganche argentino, de gran año con la selección en los Juegos Olímpicos de París 2024, recibió por primera vez en el último tercio y edificó el 1-0 de Luiz Henrique. El golpe sería aún mayor para el Mineiro, que quedó paralizado ante la desventaja en un trámite ampliamente favorable y que sufrió el segundo tanto sobre el final de la primera mitad tras un error de John que Alex Telles transformó en el 2-0 desde los doce pasos.

Gabriel Milito dispuso tres modificaciones en el entretiempo en busca de una reacción que llegaría rápidamente. Con Eduardo Vargas como nueve, Hulk escorado por derecha, Paulinho cumpliendo la función de falso extremo, Deyverson como segunda punta y Bernard como mediocampista central, Mineiro modificó intrínsecamente su fisonomía en busca de explotar la superioridad dentro del campo de juego. El descuento llegó a los dos minutos por intermedio de un cabezazo de Vargas, de 176 centímetros, tras aprovechar un desajuste defensivo del Botafogo a la salida de un córner.

Pero el guión fue calcado al del primer tiempo. Botafogo resistió y el reloj se convirtió en enemigo de un Mineiro que fue diluyéndose en su propia impericia. Apenas los arrestos de Hulk, la figura de su equipo, parecían darle vida al elenco dirigido por Milito. Y Botafogo, con la tensión en el aire, finalmente tendría su esperado desahogo cuando a los 97 minutos Júnior Santos anotó el 3-1 para el delirio de sus hinchas.

Los vasos volaban por el cielo porteño de Buenos Aires, mientras una mitad celebraba un viaje sanador. Cuatro años después de descender a la Serie B de su país, un año después de desperdiciar una ventaja cuantiosa en el Brasileirao, el Botafogo finalmente levantaba el máximo trofeo continental. No hubo tiempo para más en el Monumental, salvo para las celebraciones interminables de una hinchada que tendrá que seguir viajando durante los próximos meses.

Con el triunfo en la capital argentina, Botafogo se convirtió en el 32º equipo clasificado para el Mundial de Clubes de 2025, que se celebrará en Estados Unidos entre el 15 de junio y el 13 de julio. Con el último ticket ya emitido para el revolucionario torneo, el próximo cinco de diciembre los hinchas del Fogão conocerán el destino de su equipo.

El nuevo Mundial de Clubes de la FIFA, que reúne a los equipos de mejor rendimiento de las seis confederaciones, tendrá cuatro representantes de Brasil y dos de la Argentina. Botafogo extendió la hegemonía brasileña en la Libertadores, tras haber conquistado las últimas cuatro ediciones: Palmeiras, Flamengo, Fluminense y Botafogo viajarán como campeones continentales. Boca y River también dirán presente en el certamen, clasificados por la vía del ranking.

Botafogo también aseguró su lugar en la Copa Intercontinental de la FIFA 2024, donde enfrentarán al Pachuca en el FIFA Derbi de las Américas en el Estadio 974 el próximo 11 de diciembre. El ganador del cruce se medirá al Al Ahly en la Copa FIFA Challenger, mientras el Real Madrid espera por el vencedor. Con un horizonte plagado de competiciones y posibilidades de seguir sumando títulos, para el Botafogo ahora será momento de celebrar la historia.

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