MADS). Como parte de los compromisos adquiridos, para alcanzar las metas de conservación en el país, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible presenta la Ruta para la declaratoria de áreas protegidas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, SINAP, la cual establece los procedimientos para la declaración de áreas protegidas públicas.

La Ruta hace parte de las estrategias más importantes para conservar la biodiversidad in situ, que permite asegurar la conservación de los valores naturales, culturales y los servicios ecosistémicos. Este documento guía desarrolla las fases, los procedimientos y criterios básicos para la elaboración de los estudios técnicos, sociales y ambientales que soporten la declaratoria, en cumplimiento de lo establecido en los artículos 2.2.2.1.5.1 y 2.2.2.1.5.3 del Decreto 1076 de 2015.

Esta guía es de gran relevancia porque día a día surgen iniciativas de declaratoria de áreas protegidas de tipo científico o académico por parte de las autoridades ambientales nacionales y regionales, los entes territoriales, instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales, institutos de investigación y/o comunidades locales. De ahí que sea importante tener unas líneas de acción que permita ordenar y unificar técnicamente este proceso.

La Ruta declaratoria de áreas protegidas hace parte de los compromisos del Convenio sobre Diversidad Biológica, el cual indica, que se debe establecer un sistema de áreas protegidas, promover la protección de ecosistemas de hábitats naturales y el mantenimiento de poblaciones viables de especies en sus entornos naturales.

También, el desarrollo ambientalmente sostenible en zonas adyacentes a las áreas protegidas; rehabilitar y restaurar ecosistemas degradados y promover la recuperación de especies amenazadas; armonizar las utilizaciones actuales de la biodiversidad con la conservación y utilización sostenible de sus componentes, entre otras.

La ruta declaratoria está compuesta por 3 fases:

Fase I de preparación: en la cual a partir de la identificación de las prioridades de conservación se da a conocer la iniciativa a los actores estratégicos.

Fase II de aprestamiento: en la que se recopila toda la información, se delimita y se categoriza el área.

Fase III de declaratoria: que culmina el proceso mediante la elaboración del documento síntesis y declaratoria.

Para declarar un área protegida se debe considerar lo siguiente

Representatividad biológica del área

Zonas de alto valor biológico por sus altos índices de biodiversidad

Zonas que contengan especies endémicas, raras, o de distribución reducida, que estén amenazadas, estén en riesgo de extinción o su hábitat esté en riesgo.

Zonas que provean servicios ecosistémicos como regulación del clima, provisión de alimento, reducción y mitigación de riesgos naturales y protección de sitios con valor escénico o paisajístico.

Áreas asociadas con etnias, culturas propias, vestigios arqueológicos o patrimonio histórico

Otras consideraciones, como los instrumentos de ordenamiento ambiental del territorio y la zonificación adoptada para las Reservas Forestales (Ley 2 de 1959).