La OMM participa en una importante conferencia internacional sobre contaminación atmosférica y salud, cuyo objetivo es revitalizar el compromiso con el aire limpio y la energía limpia, así como mejorar el bienestar público y ambiental.
Concurso del Calendario OMM 2025
La Segunda Conferencia Mundial sobre Contaminación Atmosférica y Salud, del 25 al 27 de marzo, instará a los países a comprometerse voluntariamente a reducir al 50 % los impactos de la contaminación atmosférica en la salud para 2040. El evento está coorganizado por la Organización Mundial de la Salud y el Gobierno de Colombia, con el apoyo del Gobierno de España y otras agencias de la ONU como el PNUMA, la OMM y el Banco Mundial, entre otras.
La contaminación atmosférica sigue siendo una de las mayores amenazas ambientales para la salud humana, causando millones de muertes prematuras cada año. El aumento de las temperaturas y los cambios ambientales (calor extremo, incendios forestales más frecuentes y tormentas de arena y polvo) agravan el riesgo. Esto expone a las comunidades, especialmente a las más vulnerables, a graves riesgos para la salud, perturba sectores económicos clave y daña los ecosistemas.
“Proteger la salud humana y salvar vidas es fundamental para la misión de la Organización Meteorológica Mundial”, declaró la Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo, en un mensaje de video dirigido al segmento de alto nivel de la conferencia.
Recordó los 75 años de trayectoria de la OMM transformando la ciencia en acción para impulsar la toma de decisiones.
La iniciativa Alertas Tempranas para Todos del Secretario General de las Naciones Unidas busca garantizar que todas las personas estén cubiertas por sistemas de alerta temprana contra los peligros meteorológicos y climáticos, incluida la peligrosa combinación de calor y mala calidad del aire, explicó Celeste Saulo.

“La OMM está impulsando sistemas operativos de alerta y asesoramiento para tormentas de arena y polvo e incendios forestales con el fin de ayudar a los países a mitigar los impactos sanitarios, económicos y ambientales. La OMM busca fortalecer el monitoreo de la composición atmosférica para rastrear la contaminación transfronteriza e informar políticas que protejan la salud pública”, añadió. Infografía que muestra círculos superpuestos: «Reducir el cambio climático», «Reducir la contaminación atmosférica» y «Proteger la salud» en el centro. Las ilustraciones incluyen fábricas, árboles y transporte. Logotipo de la OMS.
Aire limpio para la salud
OMS
La Vigilancia de la Atmósfera Global de la OMM, a través de su iniciativa Sistema Mundial de Información sobre la Contaminación Atmosférica y las Predicciones, busca proporcionar las herramientas y el conocimiento necesarios tanto a nivel regional como mundial.
La OMM coorganizó sesiones dedicadas al monitoreo de la calidad del aire, incendios forestales y tormentas de arena y polvo en la conferencia. La OMM ha publicado nuevas Directrices sobre la mitigación de las tormentas de arena y polvo, que incluyen una revisión del monitoreo, la predicción y la evaluación del impacto.
Pero la tecnología por sí sola no es suficiente. El desarrollo de la capacidad local es clave para garantizar que los datos sobre la calidad del aire se traduzcan en políticas eficaces y acciones que salvan vidas.
Conectar la calidad del aire, la salud pública y la acción climática es esencial. Algunos contaminantes atmosféricos también son gases de efecto invernadero, y abordarlos requiere políticas coordinadas que generen beneficios en múltiples frentes.
Para fundamentar la toma de decisiones, la OMM publica boletines anuales sobre gases de efecto invernadero, calidad del aire y clima, polvo en suspensión, ozono y radiación ultravioleta.
Entre los participantes de la conferencia en Colombia se encuentran ministros de Salud, los respectivos ministros de Medio Ambiente y Energía, y funcionarios de organismos nacionales, intergubernamentales y de desarrollo; profesionales de la salud; alcaldes, autoridades locales y planificadores; representantes de sectores críticos como la energía, el transporte, la industria, los residuos y el uso del suelo; así como delegados del ámbito de la investigación, la academia y la sociedad civil.
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