La prolongada sequía asociada con el fenómeno de El Niño ha reducido drásticamente la producción de cereales de este año en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, dejando a un gran número de campesinos necesitados de ayudas a la agricultura, mientras la subregión intenta recuperarse aunque persiste el tiempo seco, según informó la FAO.
Este es el segundo año consecutivo en que la cosecha de cereales de la temporada principal en la región se ha visto afectada negativamente por la grave sequía relacionada con El Niño.
El Consejo Agropecuario Centroamericano -encabezado por los ministros de agricultura de la subregión- ha declarado el estado de alerta después de que cientos de miles de agricultores de subsistencia hayan sufrido la pérdida parcial o total de sus cultivos plantados para la temporada principal de cereales, de mayo a septiembre .
Las primeras estimaciones de la cosecha principal de primera de Centroamérica indican descensos de hasta el 60 por ciento de la producción de maíz y el 80 por ciento de frijoles debido al tiempo seco causado por El Niño, un fenómeno meteorológico caracterizado por el calentamiento anormal de las aguas superficiales en el Pacífico oriental.
Los períodos de sequía asociados con El Niño hacen que se retrase la siembra, reducen la superficie sembrada y frenan el desarrollo de los cultivos.
Ayuda para la recuperación
Con cientos de miles de familias afectadas por una grave pérdida de alimentos, los gobiernos de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua han comenzado a distribuir paquetes de ayuda agrícolas, que incluyen semillas, fertilizantes y bombas de riego, para ayudar a los agricultores a recuperarse el máximo posible para la segunda temporada de siembra, ahora en marcha.
Tres de los cuatro países afectados han comenzado también a distribuir ayuda alimentaria directa para apoyar a las familias frente a la escasez de alimentos.
Pérdidas
Con cerca de 3 millones de toneladas en toda la subregión, se espera que la cosecha de maíz de este año esté muy por debajo de la media y sea un 8 por ciento menos que la ya reducida del año pasado.
Se prevé que los descensos de producción sean particularmente fuertes en El Salvador y Honduras, que sufrieron la pérdida del 60 por ciento de sus cosechas de maíz por las lluvias erráticas a principios de este año. Sólo en El Salvador, las pérdidas se estiman en 28 millones de dólares EEUU en semillas, fertilizantes, pesticidas y preparación de la tierra. Honduras, además, vio como se perdía el 80 por ciento de sus frijoles.
En las áreas más afectadas de Guatemala, se habría perdido el 80 por ciento de las cosechas, incluyendo 55 000 toneladas de maíz y 11 500 toneladas de frijoles, afectando a más de 150 000 familias, según las estimaciones. Aunque existe todavía una oportunidad para que los agricultores de la zona recuperen parte de esas pérdidas de frijoles en la segunda temporada, es probable las lluvias insuficientes impidan madurar el maíz y por tanto una recuperación de este cultivo.
En Nicaragua, las primeras estimaciones sugieren que el 50 por ciento del área total sembrada ha sufrido daños, con la pérdida total de las cosechas en las regiones más afectadas del país.
Efectos sobre los precios
Los países de la subregión han aumentado las importaciones de alimentos básicos de otras zonas de América Latina para aumentar la disponibilidad de alimentos y garantizar precios estables.
En El Salvador, Honduras y Nicaragua, los precios del maíz se han mantenido muy por encima del nivel del año pasado, con incrementos de hasta un 20 por ciento en Honduras. Guatemala es el único país en el corredor seco que ha logrado que los precios bajen respecto a agosto del año pasado gracias a las importaciones de México y mayores suministros de la cosecha principal de 2015 en curso.
Respuesta de la FAO
En Guatemala, donde la pérdida de cosechas ha obligado a distribuir alimentos a unas 110 000 familias, la FAO está apoyando al gobierno en la construcción de sistemas de alerta temprana y el desarrollo de planes de gestión, así como aportando semillas y formación a los agricultores para aumentar la resiliencia del país frente a los efectos de El Niño.
La FAO está movilizando más recursos para ofrecer ayuda directa a la producción y apoyar los sistemas de vigilancia alimentaria y nutricional en Honduras, y seguir apoyando al gobierno de El Salvador en su estrategia a largo plazo para adaptar la agricultura local a los efectos del cambio climático.