En Kenia se halló “El niño de Turkana”, el esqueleto completo de un niño que falleció hace 1,6 millones de años, el más antiguo jamás encontrado. El cambio climático y el desarrollo de grandes proyectos de infraestructuras amenazan la supervivencia del ecosistema y las comunidades de la remota región de Turkana, considerada una de las cunas de la Humanidad, en el noroeste de Kenia.
El lago Turkana está en peligro de desaparecer, y con él, la salud y los medios de vida de las comunidades que viven en la región.
Los pastos y recursos hídricos de Turkana, el lago permanente en un entorno desértico más grande del mundo y fuente de sustento de 300.000 personas, podrían verse reducidos por el cambio climático, con consecuencias nefastas también para la seguridad en esta volátil región keniana.
La organización Human Rights Watch (HRW) hizo público su informe “No queda tiempo: Cambio climático, amenazas medioambientales y derechos humanos en Turkana”. El documento alerta de las dificultades que tendrá el Gobierno de Kenia para asegurar el acceso al agua y la comida, y garantizar la salud y la seguridad en Turkana, si no modifica su legislación nacional y consigue un mayor apoyo internacional.
Esta árida región del interior de Kenia es conocida por el hallazgo de “El niño de Turkana”, el esqueleto completo de un niño que falleció hace 1,6 millones de años, el más antiguo jamás encontrado.