Como especialista en una organización internacional, tengo muchas reuniones de trabajo a través de llamadas de video; y aunque no haya nada de extraordinario en esto, el 30 de Octubre fue un día muy especial. Recibí una llamada desde Cañuhuma, una comunidad boliviana situada a 4.000 metros sobre el nivel del mar. A ocho horas en coche de la ciudad de La Paz, esta comunidad es tan remota que no hay servicio de teléfono. Sin embargo, tienen un telecentro para la comunicación vía satélite con una pequeña habitación con acceso a Internet, donde participaron más de 50 personas en la video llamada, entre ellos autoridades originarias, el alcalde y los pobladores de Cañuhuma.

¿Por qué llama Bolivia?

Después de varios días de arduo trabajo en condiciones climáticas extremas, la instalación de los equipos adquiridos para el monitoreo glaciar había terminado. Fue un trabajo en conjunto, llevado a cabo por el personal del Instituto de Hidráulica e Hidrología y el Ministerio de Medio Ambiente y Agua (contraparte técnica y entidad ejecutora en Bolivia, respectivamente), y la participación activa de la comunidad Cañuhuma.

El sitio de monitoreo se encuentra dentro del Área Natural de Manejo Integrado de Apolobamba, ubicado al norte del lago Titicaca, cerca de la frontera con Perú y en las 155 kilómetros de la ciudad de La Paz. Es la reserva más importante de vicuñas (un tipo de camélidos sudamericanos) en el país. La principal actividad económica de la comunidad de Cañuhuma es la cría de vicuñas, por lo que la protección de estos humedales andinos (bofedales) es de suma importancia. Los bofedales también tienen un papel importante en el ciclo hidrológico,  ya que funcionan como esponjas que almacenan agua y la liberan gradualmente en la época seca.

El equipo instalado en la cuenca Cañuhuma incluye dos estaciones meteorológicas, una móvil instalada sobre el glaciar Ulla Khaya a 5,000 metros sobre el nivel del mar y otra fija instalada a 4,000 metros, las cuales están especialmente diseñadas para operar en altitudes extremas

Muchos más se están uniendo a la convocatoria para estudiar glaciares tropicales andinos.

 Cañuhuma es sólo uno de los sitios de monitoreo de glaciares seleccionados, actualmente en ejecución en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú,  por el proyecto de monitoreo de glaciares tropicales andinos en un contexto de cambio climático, con el apoyo del BID. La información que se ha generado se utilizará para formular estudios específicos como el balance energético del glaciar y la estimación de la escorrentía de los glaciares y humedales de gran altitud. Estos estudios ayudarán a entender mejor la disponibilidad de agua en la cuenca. Además, los datos se integrarán en un sistema de información meteorológica, gestionado por el SENAMHI, mejorando la observación climática e hidrológica en el área de Apolobamba. Los datos de temperatura y precipitación también se puede utilizar para generar  pronósticos meteorológicos locales y apoyar los esfuerzos nacionales de monitoreo del fenómeno El Niño.

Fue gratificante presenciar el entusiasmo de todas las personas presentes con esta iniciativa. Espero que en la #COP21 se escuche ésta y muchas otras llamadas y que la iniciativa contribuya a generar información útil, para mejorar los procesos de toma de decisión en el contexto del cambio climático.

POR..

Ana Iju trabaja en la División de Cambio Climático y Sostenibilidad del BID, en el grupo de trabajo sobre adaptación al cambio climático. Antes del Banco Interamericano de Desarrollo trabajó en el Ministerio del Ambiente de Perú, como coordinadora del proyecto de adaptación a los impactos del retroceso glaciar en los Andes Tropicales, financiado por el Banco Mundial y como coordinadora de mitigación en la Segunda Comunicación Nacional de Cambio Climático. Anteriormente trabajó en el diseño e implementación de sistemas de gestión ambiental y de calidad con normas ISO para empresas privadas y públicas. Ana es Ingeniera en Industrias Alimentarias de la Universidad Nacional Agraria La Molina de Perú y posee una maestría en Ciencias Ambientales de la Universidad de Wageningen, Holanda. Sigue a Ana en twitter @ana_iju