El Real Madrid mereció mucho más en El Madrigal, pero la falta de puntería le privó de lograr algo más ante el Villarreal en un encuentro en el que disparó en más de 20 ocasiones. A un ritmo brutal inició el partido el conjunto castellonense. En menos de diez minutos estrelló un balón en el poste tras el disparo de Dos Santos desde la frontal en el 4’ y se adelantó en el marcador con el tanto de Soldado en el 9’. Desde ahí el partido cambió y el dominio hasta el descanso fue visitante, aunque el resultado no cambió.

Con un aire muy distinto salió el Real Madrid en la segunda mitad. Presionando arriba y recuperando el esférico con rapidez, en apenas cinco minutos los blancos, que eran un vendaval, tuvieron tres claras ocasiones para marcar. La primera estuvo en las botas de Cristiano Ronaldo pero su disparo dentro del área se marchó elevado en el 46’. Las dos siguientes llegaron tras la conexión Bale-Benzema. Los remates del francés en el 48’ y 49’ no encontraron portería por escasos centímetros.

Sin suerte
El acoso visitante empezaba a ser ya exagerado y en el 56’ llegó una nueva oportunidad para igualar la contienda, pero Areola estuvo muy acertado en el mano a mano con Bale. Los blancos ya habían merecido, al menos, el empate. Tres minutos más tarde llegó un nuevo ejemplo de ello. Cristiano Ronaldo ganó la espalda a la defensa local y su remate escorado se estrelló en el poste. Otra ocasión para el portugués. Bale entró en el 68’ y el disparo del luso desde el punto de penalti se fue alto.

Los blancos seguían llegando, aunque no estaban teniendo suerte de cara a portería. Bale volvió a centrar y el cabezazo de Benzema, que se marchó próximo al poste en el 73’, lo demostró. Benítez decidió entonces hacer un doble cambio y dio entrada a Kovacic e Isco en lugar de Modric y Casemiro. Más madera para un equipo que lo intentó hasta el final y mereció más.

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