El comercio de la caza furtiva e ilegal de miles de especies en el mundo presenta peligros ambientales y socava el estado de derecho por su potencial para alimentar conflictos, subraya un estudio de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El Informe Mundial de delitos contra especies silvestres, publicado hoy, también insta a compartir la responsabilidad en la lucha contra ese flagelo y recuerda que los productos elaborados a partir de la flora y fauna ilícitas pueden estar ocultos a primera vista, como ocurre con accesorios de moda, muebles, alimentos y animales domésticos.
Uno de los principales mensajes del documento es que estas contravenciones no se limitan a determinados países o regiones, sino que se trata de un fenómeno global.
Prueba de ello son las más de 164.000 incautaciones de este tipo provenientes de 120 países, que figuran en la base de datos World WISE, de donde fue extraída la información para elaborar el documento de la UNODC.
Los datos reflejan además una diversidad extrema en la actividad ilegal ya que 7.000 especies fueron halladas en las incautaciones.
El director general de la UNODC, Yury Fedotov, puso de relieve cómo las lagunas en la legislación, la aplicación de la ley y los sistemas de justicia criminal presentan problemas graves.
Animó a los países a fortalecer esas respuestas y a cerrar las brechas existentes, a la vez que advirtió que el crimen organizado en todas sus formas buscan las fallas de los sistemas para explotarlas.