Las ganancias originadas por los delitos ambientales van al alza y alcanzan actualmente entre 91 y 258 mil millones de dólares, según un informe publicado hoy en vísperas del Día Mundial del Medio Ambiente por el PNUMA y la INTERPOL.
Esta cifra representa 26 % más que las estimaciones de 2014, cuando las ganancias se calculaban entre 70 y 213 mil millones de dólares.
El auge de la delincuencia ambiental encuentra que, en el marco de leyes débiles y fuerzas de seguridad mal financiadas, las redes criminales internacionales y los rebeldes armados se benefician de un comercio ilegal que alimenta los conflictos, devasta ecosistemas y amenaza con la extinción de especies.
«INTERPOL y PNUMA han unido fuerzas para llamar la atención del mundo sobre la enorme escala de los delitos ambientales. Grandes sumas de dinero generadas por estos crímenes mantienen el negocio de sofisticadas bandas criminales internacionales y están alimentando la inseguridad alrededor del mundo», dijo el Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, Achim Steiner.
“El resultado es no solo devastador para el medio ambiente y las economías locales, sino para todos quienes son amenazados por estas empresas criminales. El mundo necesita unirse para tomar acciones sólidas tanto en el ámbito nacional como internacional para eliminar la delincuencia ambiental”, señaló.
El delito ambiental supera con creces el comercio ilegal de armas pequeñas, que está valorado en alrededor de 3 mil millones de dólares. Es la cuarta mayor empresa criminal del mundo tras el tráfico de drogas, la falsificación y el tráfico de personas. La cantidad de dinero que se pierde en delitos ambientales es 10.000 veces mayor que la cantidad de dinero gastada para combatirlo – sólo 20-30 millones de dólares.
El Secretario General de INTERPOL Jürgen Stock señaló que los delitos ambientales están creciendo a un ritmo alarmante. La complejidad de este tipo de crimen requiere una respuesta multisectorial, apoyada por la colaboración transfronteriza. A través de sus capacidades globales, INTERPOL está comprometida a trabajar con sus países miembros para combatir las redes de crimen organizado que están activas en delitos ambientales”.
El informe recomienda una fuerte acción, legislación y sanciones a nivel nacional e internacional, incluidas las medidas dirigidas a la interrupción de los paraísos fiscales en el extranjero; un aumento masivo de apoyo financiero acorde con la amenaza grave que representa el delito ambiental para el desarrollo sostenible; e incentivos económicos y medios de vida alternativos para quienes están en la parte inferior de la cadena de los delitos ambientales, tales como los cazadores furtivos.
La última década ha registrado un aumento en los delitos ambientales de entre 5 y 7 por ciento al año. Esto significa que el delito ecológico – que incluye el tráfico ilegal de vida silvestre, el crimen corporativo en el sector forestal, la explotación y venta de oro y otros minerales, la pesca ilegal, el contrabando de residuos peligrosos y el fraude en créditos de carbono – está creciendo de dos a tres veces más rápido que el PIB mundial.
Para combatir el tráfico ilegal de vida silvestre, el Sistema de las Naciones Unidas y sus socios han puesto en marcha la campaña Feroz por la Vida ( Wild For Life), que se basa en el apoyo de celebridades como la modelo Gisele Bündchen y los futbolistas Yaya Touré y Neymar Jr. para movilizar a millones a adoptar medidas contra la caza furtiva y el tráfico de productos ilegales de vida silvestre.
El anfitrión del Día Mundial del Medio Ambiente de este año, Angola, se ha unido a la lucha, con la promesa de cerrar el comercio interno de marfil ilegal, endurecer los controles fronterizos y reconstruir su población de elefantes a través de medidas de conservación.
Más de una cuarta parte de la población de elefantes del mundo ha muerto en una década. Algunas de las especies más vulnerables del mundo, como los rinocerontes y elefantes, están siendo asesinados a un ritmo que ha crecido en más de un 25 por ciento cada año en la última década.
El informe también analiza cómo el dinero generado de la explotación ilegal de recursos naturales financia grupos rebeldes, redes terroristas y carteles criminales internacionales. En la última década, por ejemplo, los cazadores furtivos han matado un promedio de 3.000 elefantes por año en Tanzania. Eso es un valor anual en la calle para los traficantes de marfil de 10,5 mil millones, cantidad que es cinco veces mayor que todo el presupuesto nacional de la división de vida silvestre del país.
Carteles criminales organizados
El informe señala que las redes delictivas transnacionales están utilizando el delito ambiental para el blanqueo de dinero de la droga. La minería de oro ilegal en Colombia, por ejemplo, ahora se considera una de las maneras más fáciles de lavar dinero del tráfico de drogas en el país.
Los carteles criminales internacionales también están involucrados en el tráfico de residuos peligrosos y productos químicos, y a menudo etiquetan incorrectamente este tipo de residuos con el fin de evadir las fuerzas del orden. En 2013, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) informó que el comercio ilegal de basura electrónica al sudeste de Asia y el Pacífico se estimó en 3,75 mil millones al año.
Rebeldes y terroristas
El grupo rebelde colombiano FARC genera un estimado de 12 millones de dólares al año de las extorsiones a los mineros ilegales de oro. En la región Amazónica, los grupos armados establecen impuestos al oro, coltán (un mineral utilizado en los teléfonos móviles) y madera para financiar sus operaciones. Las redes criminales detrás del conflicto en el este de la República Democrática del Congo (RDC) han gastado alrededor del 2 por ciento de sus ganancias para financiar de 25 a 49 diferentes grupos rebeldes. De acuerdo con algunas estimaciones de la ONU, la explotación ilegal de los recursos naturales de la RDC está valorada en 722-862 millones de dólares anuales. Otros ejemplos de actores armados no estatales que se benefician de los recursos naturales incluyen el Estado Islámico, que está implicado en el tráfico de petróleo en Irak y Siria, y el Ejército de Resistencia del Señor, que se ha beneficiado del comercio ilegal de marfil.
Delitos de cuello blanco
El informe se centra en el aumento de la delincuencia de cuello blanco del medio ambiente, desde la utilización de empresas ficticias en paraísos fiscales para lavar dinero generado a partir de la extracción ilegal hasta la manipulación de los precios, la piratería y el robo de identidad. El comercio de carbono es el mercado de materias primas de más rápido crecimiento del mundo. Los casos de fraude de créditos de carbono involucran sumas de transferencias y ganancias que se extienden a los cientos de millones de dólares.
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