El análisis del contenido de los cuerpos de los crustáceos que habitan en aguas profundas ha demostrado que la fosa de las Marianas, el punto más profundo de la Tierra, tiene un nivel de sustancias tóxicas producto de la actividad humana mucho mayor que las partes costeras del océano, donde descargan las aguas residuales.
“Antes se pensaba que las fosas marinas eran la parte más limpia de la naturaleza, no tocada por el hombre, por lo que es extremadamente sorprendente haber encontrado estos altos niveles de contaminación… Es más alta que en la boca de los dos ríos más contaminados del mundo, el Liao y el río de la Perla, en China”, dijo uno de los autores del artículo, Alan Jamieson de la Universidad de Aberdeen, en Escocia.
Jamison y sus colegas llegaron a esta conclusión tras analizar muestras de gérmenes y crustáceos capturados en el fondo de la fosa de las Marianas durante la expedición del aparato NOAA del año pasado, así como en la fosa de Kermadec, en la costa de Nueva Zelanda.
El lugar mas profundo del planeta también está lleno de basura
Tras estudiar la composición química de los crustáceos anfípodos y de otros habitantes de las aguas profundas, los científicos quedaron asombrados al encontrar en sus cuerpos altas concentraciones de bifenilos policlorados (PCB) y polibromodifeniléteres (PBDE), unas toxinas peligrosas que pueden causar cáncer e infertilidad. La producción de estas sustancias fue prohibida o muy restringida en los años 70 del siglo pasado, pero actualmente se conservan en grandes cantidades en el lecho marino.
“La moraleja de este descubrimiento es que si echamos los residuos al mar estos no desaparecen, sino que terminan en el fondo. Al final estos residuos llegarán a las fosas oceánicas profundas, desde donde ya no pueden hundirse más, por lo que se acumulan en ellas”, explica Jamison.
Según él, estas sustancias, que son extremadamente resistentes a la degradación por la acción de los microbios, es la mayor amenaza para la salud de la fauna y flora de la fosa de las Marianas, que los científicos han comenzado a explorar recientemente para constatar que los animales, incluso a grandes profundidades, son vulnerables a las actividades humanas.
Nature
diarioecologia.com