El primer partido oficial bajo techo en la historia del remodelado Arthur Ashe merecía disputarlo un consentido de casa. Y así fue. El elegido por la lluvia a las 22:42 de este miércoles en New York para estrenar el techo corredizo fue Rafael Nadal, justamente el primer tenista en entrenar en las mismas circunstancias días atrás.
Al ver las gotas sobre la pista, el juez general Brian Earley autorizó la operación cuando el encuentro iba 4-3 en el segundo set ante el italiano Andreas Seppi. El sistema de aire se activó, todas las puertas del estadio se cerraron y las persianas se deslizaron ante la mirada atenta de los fanáticos grabando con sus celulares y también de los jugadores en sus sillas.
El espectáculo extradeportivo estuvo a la altura de la exhibición del español, que jugó sin piedad y sin medirse. En especial en el primer parcial que ganó en cero. Por novena vez en Grand Slams y por cuarta en el Abierto de Estados Unidos,
Luego cumplió la misión de mantener el ritmo hasta llevarse el encuentro por 6-0, 7-5, 6-1 en dos horas y 21 minutos. Nadal, que tras el encuentro lanzó una pelota tratando de impactar el techo, consigue igualar su mejor resultado en Grand Slam del año tras la tercera ronda en París (1R en Australia y ausente en Wimbledon).
Con su octavo triunfo sobre el italiano, sexto consecutivo, Nadal tiene ahora récord de 39-2 en segunda ronda de Grand Slams y 9-2 en el US Open. En tercera ronda chocará con el ruso Andrey Kueznetsov, verdugo de Albert Ramos-Viñolas y con quien tiene récord de 3-0.