Empezó soñándolo. Hacía de utilero a su hermano Walter y desde la banda, viendo entrenar a los otros, él imaginaba cómo sería convertirse en un profesional del balón. Luego le puso empeño. Se saltaba incluso las comidas por patear la pelota, y el sacrificio, combinado con el talento, convirtió sus sueños en realidad.

Hoy, Miguel Ángel Borja es el delantero de moda del fútbol colombiano.

“En el colegio, todos los días me ponía el uniforme de educación física porque era una sudadera y podía jugar. No me gustaba el otro uniforme porque los zapatos no eran aptos para pegarle a la pelota, y todos los días mi madre me lavaba ese uniforme”, explica a FIFA.com el goleador del Atlético Nacional, flamante campeón de la Copa Libertadores.

En el municipio de Tierralta, a 454 km de Medellín, doña Nicolasa se esforzaba para que la ropa estuviese siempre lista para ese hijo inquieto, soñador y obsesionado con el balón. “Muchas veces hasta dejaba de comer en mi casa por jugar”, recuerda el jugador de 23 años.

“Desde pequeño me gustaba el balón, me visualizaba convirtiendo goles en los grandes estadios y siempre les manifesté a mis padres que los iba a sacar adelante para arreglar la casa y tenerlos bien. Es por ellos que sigo luchando día a día”, asegura este imponente goleador de 1.83 metros. Y cumplió su promesa.

El pequeño Miguel Ángel recibió una beca de la escuela Ponygol, donde su talento empezó a llamar la atención. A los 17 años, se iniciaba como profesional en el América de Cali. Después arrancó un intenso y duro peregrinaje por varios equipos colombianos, y extranjeros (en Italia y Argentina), hasta que en 2015, con su llegada a Santa Fe, su carrera tomó el impulso definitivo.

“No estuve mucho tiempo, pero logré consagrarme campeón de la Copa Sudamericana. Posteriormente pasé a Cortuluá donde logré el récord de más goles en el torneo apertura de 2016 (19 tantos)”, repasa en voz alta. Cabe añadir que ese récord batía la anterior marca de otro ilustre delantero cafetero, Jackson Martínez.

A Reinaldo Rueda no le pasaron desapercibidos ni el talento ni el gran momento del cordobés, y logró que firmara con Atlético Nacional a mediados de 2016. Era una promesa de goles. Y vaya si se cumplió. Debutó en las semifinales de la Copa Libertadores con dos goles. Y terminó campeón del torneo como máximo goleador del club Verdolaga: anotó 5 goles en cuatro partidos.

“Uno nace con el don y día a día trabaja para mejorar, pero cuando uno se aferra a Dios las cosas salen bien. Cada vez que salto a un terreno de juego lo hago con fe”, explica este hombre tranquilo y sereno.

Es el único jugador colombiano que ha logrado levantar los dos torneos más importantes de la CONMEBOL. Ahora pelea por repetir la Sudamericana con el Verde de la montaña, pero hay otro desafío en el horizonte: la Copa Mundial de Clubes de la FIFA que se disputa en Japón del 8 al 18 de diciembre. Y ya que ha tomado impulso, no piensa parar. Y recuerden que Miguel Ángel Borja es de los que cumplen lo que prometen.