1 de febrero de 2017, Roma – La disponibilidad e higiene de los alimentos se ven amenazadas a diario por enfermedades y plagas que afectan a plantas y animales, así como por varios tipos de contaminantes. Esto sucede en explotaciones agrícolas, fábricas, hogares, en aguas interiores o marinas, en campo abierto y en medio de densos bosques.

Ya sea en forma de patógenos, insectos o agentes contaminantes, las amenazas viajan ahora más rápido y más lejos, haciendo más dificil responder de forma eficaz y oportuna y poniendo en mayor peligro los alimentos, la salud y los medios de subsistencia de la población.

Cada año, una de cada diez personas enferma al consumir alimentos contaminados y se calcula que unas 420 000 mueren por esta causa. Más del 70 por ciento de las nuevas enfermedades en los seres humanos tienen origen animal, con el potencial de convertirse en grandes amenazas para la salud pública. Un tercio de la producción agrícola mundial se pierde cada año a causa de los insectos y enfermedades de las plantas que pueden propagarse a varios países y de un continente a otro.
Hay varios factores que contribuyen a este fenómeno, incluyendo algunos tipos de agricultura intensiva, la deforestación, el pastoreo excesivo y el cambio climático.

Además, los conflictos, disturbios civiles y el comercio globalizado incrementan a su vez la probabilidad de que surjan nuevas amenazas y se transfieran a otros países con efectos devastadores. Los alimentos pueden resultar contaminados en las fases de procesado y comercialización, que a menudo ocurren en países diferentes, lo que hace más difícil identificar el punto donde se produce la contaminación.

Para hacer frente al creciente número de plagas y enfermedades transfronterizas de animales y plantas, la FAO ha publicado “Evitar riesgos para la cadena alimentaria”, un conjunto de métodos y herramientas de probada eficacia para prevenir emergencias. Demuestran cómo la prevención, la alerta temprana, la preparación, la buena gestión de crisis de la cadena alimentaria y las buenas prácticas pueden mejorar la seguridad y la inocuidad alimentarias, salvando vidas y medios de subsistencia.

“Proteger la cadena alimentaria es cada día más complicado en un mundo interconectado y cada más complejo. Por eso creemos que es importante que los sectores involucrados en la producción, procesado y comercialización de alimentos estén atentos a las amenazas reales, presentes y potenciales y que respondan de manera concertada”, señaló Ren Wang, Director General Adjunto de la FAO.

Nuevas tecnologías de la comunicación que ayudan a evitar riesgos

El conjunto de herramientas de la FAO muestra cómo un enfoque multidisciplinario permite responder de forma oportuna, incluyendo cómo las nuevas tecnologías de la comunicación pueden ayudar a prevenir y combatir las amenazas transfronterizas, facilitando el intercambio de información.

En Malí, Uganda y Tanzania, los ganaderos están utilizando la aplicación EMA-i para recopilar en sus teléfonos inteligentes información sobre enfermedades animales sobre el terreno. Los datos se envían en tiempo real al Sistema mundial de Información sobre enfermedades animales (EMPRES-i) en la FAO, donde se comparte a nivel nacional, regional y mundial, facilitando el análisis de manera oportuna para dar una respuesta muy rápida que permita atacar la enfermedad en una etapa muy temprana de su aparición.

En Uganda, este sistema de vigilancia más que duplicó el número de informes sobre enfermedades pecuarias aportados en los últimos años al Centro Nacional de Diagnóstico y Epidemiología de Enfermedades de Animales, ofreciendo a los agricultores la alerta temprana que necesitan para responder mejor a los brotes de enfermedades.

También se han desarrollado herramientas móviles para monitorear la roya del trigo -una enfermedad fúngica que destruye los cultivos de trigo sanos- lo que permite a los agentes de extensión e institutos de investigación intercambiar regularmente información sobre los brotes de la enfermedad.

Las langostas del desierto -la más peligrosas de las plagas migratorias- amenazan a menudo el suministros de alimentos en África y Asia: un enjambre de 40 millones de langostas puede comer la misma cantidad de alimentos que unas 35 000 personas. Gracias al sistema eLocust3, se ha mejorado la vigilancia, y ahora se utiliza en los 19 países más vulnerables a la plaga.

Cada mes, el Marco de Gestión de la Crisis de la Cadena Alimentaria de la FAO pone a disposición una nueva hoja informativa para apoyar a los países miembros y a las instituciones en la gobernanza mundial de las amenazas transfronterizas a la cadena alimentaria. Cada trimestre se publican boletines de alerta temprana sobre las amenazas actuales.

fao.org