La roya del trigo, una enfermedad fúngica que puede causar pérdidas de hasta un 100 por ciento de las cosechas en trigos vulnerables y no tratados, está realizando nuevos avances en Europa, África y Asia, según advierten los dos últimos estudios científicos en los que ha colaborado la FAO.
Los informes, resaltados en la revista Nature tras su publicación por la Universidad de Aarhus en Dinamarca y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), alertan de la aparición de nuevas razas de roya amarilla y del tallo en diversas regiones del mundo en 2016.
Al mismo tiempo, las razas de roya existentes ya conocidas se han extendido a nuevos países, según confirman los expertos, haciendo necesarias medidas de detección temprana para impedir graves daños a la producción de trigo, en particular en la cuenca del Mediterráneo.
El trigo es una fuente de alimento y subsistencia para más de 1 000 millones de personas en los países en desarrollo. Por sí solos, África septentrional y oriental, Oriente Medio y Asia occidental, central y meridional – vulnerables a las enfermedades de la roya – representan alrededor del 37 por ciento de la producción mundial de trigo.
«Estas nuevas y agresivas razas de roya han surgido a la vez que trabajamos con nuestros socios internacionales para ayudar a los países a combatir las ya existentes, así que tenemos que ser rápidos y concienzudos a la hora de abordar la cuestión», aseguró el fitopatólogo de la FAO Fazil Dusunceli. «Es más importante que nunca –añadió- que especialistas de instituciones internacionales y los países productores trabajen juntos para detener el avance de la enfermedad, lo que implica una vigilancia continua, compartir información y desarrollar planes de respuesta de emergencia para proteger a sus agricultores y a los de los países vecinos».
Las royas del trigo se propagan rápidamente a grandes distancias con el viento. Si no se detectan y tratan a tiempo, pueden transformar un cultivo de aspecto saludable -a tan sólo unas semanas de la recolección-, en una maraña de hojas amarillentas, tallos negros y granos marchitos.
Los fungicidas pueden ayudar a limitar el daño, pero la detección temprana y la acción rápida resultan cruciales. Lo mismo que las estrategias de gestión integrada a largo plazo.
El Mediterráneo, la región más afectada
En la isla de Sicilia, una nueva raza de patógeno de roya del tallo –denominada TTTTF- afectó a varios miles de hectáreas de trigo duro en 2016, en el mayor brote de la enfermedad que se ha visto en Europa en décadas. La experiencia con razas similares sugiere que las variedades de trigo candeal pueden ser también vulnerables a esta nueva raza.
La raza TTTTF de roya del tallo es la última en haber sido identificada. Sin un control adecuado, advierten los investigadores, pronto podría propagarse a grandes distancias a lo largo de la cuenca mediterránea y la costa adriática.
Mientras tanto, varios países de África, Asia central y Europa han estado luchando contra nuevas cepas de roya amarilla nunca antes vistas en sus campos.
Italia, Marruecos y cuatro países de Escandinavia han visto aparecer una raza completamente inédita de roya amarilla que todavía no cuenta con un nombre. Cabe destacar que la nueva raza ha tenido mayor prevalencia en Marruecos y Sicilia, donde la roya amarilla se consideraba insignificante hasta hace poco. El análisis preliminar sugiere que la nueva raza está relacionada con una familia de cepas agresivas y mejor adaptadas que otras a temperaturas más altas.
Los productores de trigo en Etiopía y Uzbekistán han estado luchando al mismo tiempo contra los brotes de roya amarilla AF2012, otra raza que apareció en ambos países en 2016 y tuvo un gran impacto, en particular sobre la producción de trigo etíope. La raza AF2012 se encontraba con anterioridad tan solo en Afganistán, antes de que se manifestase en el Cuerno de África el pasado año, afectando a decenas de miles de hectáreas de trigo.