Enorme Celta, que este jueves escribió un nuevo y emocionante capítulo en su historia europea. Eliminó al Krasnodar y ya está entre los ocho mejores equipos de la competición. Lo hace pleno de confianza y sin nada que perder. Toca competir y disfrutar. Que tiemble Europa.
Fue un encuentro jugado de igual a igual entre dos equipos que dejaron patente la importancia del choque con una demostración de intensidad y concentración. Arrancó bien el Krasnodar, ejerciendo una fuerte presión con el objetivo de jugar con los nervios del Celta.
La táctica, unida al gran ambiente generado por la afición local, no amedrentó a los celestes, que rozaron el tanto al cuarto de hora con un gran disparo de Pione Sisto desviado con brillantez por Kritsyuk. Llegaron entonces los mejores minutos del Celta, que movió el balón a su antojo. No generó mucho peligro, pero mantuvo a raya al Krasnodar. Le faltó siempre el último pase.
Los rusos echaron en falta la pegada de su estrella Smolov, sobre todo cuando encadenó dos jugadas de peligro a la media hora protagonizadas por Mauricio Pereyra y Claesson.
Al poco de la reanudación cambió el partido con una internada del incansable Guidetti que encontró a Aspas en el corazón del área y que acabó con el balón rechazado. Apareció entonces el capitán Hugo Mallo, todo corazón, para definir como el mejor los delanteros y hacer el 0-1.
Celta players celebrate
©AFP/Getty Images
El Celta templó entonces los nervios y aguantó el marcador como los grandes equipos, matando a la contra con una genial finalización de Iago Aspas, que tiró una vaselina para hacer el 0-2 y confirmar la presencia del Celta en el sorteo de este viernes, cuando conocerá su rival en la cuarta presencia de su historia entre los ocho mejores de una competición europea.
Premio a la ambición
Si de algo puede sacar pecho el Celta esta campaña es de su personalidad, de su gen competitivo. Lo hizo en la Copa del Rey y lo está haciendo en esta Europa League, donde ha encontrado el premio de los cuartos de final. Un justo reconocimiento al equipo y a Berizzo, cuya mezcla de ambición y prudencia ha calado en la plantilla.
Goleadores simbólicos
Hugo Mallo y Iago Aspas. Vaya guiño del destino. Ambos se formaron en la cantera y conocieron los sinsabores de un equipo anclado en Segunda División. Hoy marcaron para llevar al Celta a igualar su techo europeo, los cuartos de final logrados en las Copas de la UEFA 1998/99, 1999/2000 y 2000/01.