El panorama comienza con un país más seco, el mar invadiendo espacios urbanos, una costa con menos protección ante el embate de las olas, playas perdidas, y decenas de especies emigrando al norte o extinguiéndose ante la incapacidad de adaptarse a los rápidos cambios climáticos.

Este escenario es el que se prevé para Puerto Rico como parte del calentamiento global.

Un vistazo a los detalles ilustra mejor el problema. El aeropuerto Luis Muñoz Marín, por ejemplo, no podría usarse para el año 2050, porque el mar invadiría las pistas de despegue y aterrizaje. Gran parte de la infraestructura esencial, como las plantas de generación de electricidad, estarían en riesgo, ya que se ubican en las costas. Zonas urbanas o comerciales, como una porción sur de la isleta de San Juan, estarían bajo agua.

Quedarían perdidos cientos de millones de dólares invertidos en la infraestructura del país. La planificación urbana, que de por sí ha sido deficiente en Puerto Rico, terminaría desajustada, con carreteras intransitables y comunidades inhabitables o aisladas por el reclamo de los océanos de un pedazo adicional de tierra.

La crisis económica no ayuda a que Puerto Rico se prepare para los cambios en el ambiente. Y la negación del problema por parte de la oficialidad del gobierno estadounidense bajo la presidencia de Donald Trump, tampoco resuelve.

“Y hay un aumento en la población mundial. Aun siendo más eficientes energéticamente, y con prácticas más sostenibles, el aumento en la población es una variable que magnifica los impactos (del calentamiento global)”, expresó Ernesto Díaz, coordinador del Consejo de Cambio Climático de Puerto Rico.

Ayer, los efectos del calentamiento global en Puerto Rico fueron discutidos a profundidad durante la VIII Cumbre sobre Cambio Climático, que se llevó a cabo en el Hotel Intercontinental en Isla Verde.

Fueron una decena de presentaciones, cada una abarcando una particularidad del efecto del fenómeno en Puerto Rico.

Calentamiento global

De ordinario, las temperaturas en el planeta han variado con períodos de enfriamiento y de calentamiento. La diferencia en el caso actual es que la actividad humana ha acelerado el proceso mediante la emisión de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2).

Estos gases, que se emiten con mayor intensidad desde el inicio de la era industrial, básicamente atrapan el calor dentro de la atmósfera del planeta. Es como si se le añadiera una manta al planeta para conservar dentro el calor. Y eso tiene efectos directos en todo lo que depende del clima.

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