“Según la consultora McKinsey fabricar 1 kg de tela genera promediamente 23 kg de gases de efecto invernadero y se consumen cantidades masivas de energía, agua y otros recursos. A ello se le suman los plaguicidas con los que se fumiga el algodón o los residuos tóxicos de los tintes vertidos en los ríos; todo ello perjudica al Medio Ambiente.”
Consumismo desenfrenado La reputada consultora explica en un informe recientemente publicado, que debido a que los consumidores usan casi todas sus prendas de vestir sólo la mitad del tiempo que hace 15 años, estos insumos se gastan más rápido que nunca. Más de la mitad de los artículos de moda que se hacen cada día, serán desechados dentro del año posterior a su producción. La producción global de prendas se duplicó entre 2000 y 2016, a medida que las operaciones de las empresas de confección se diversificaron, sus ciclos de producción se aceleraron y los compradores obtuvieron mejores ofertas.
Las ventas globales de ropa llegaron a 1,8 trillones de € en 2015, de acuerdo con Greenpeace, frente al trillón de 2002. Las marcas de “moda rápida” como Zara (Inditex) actualmente ofrecen más de 20 líneas anuales y H & M de Suecia, unas 16. Reparar o reutilizar una prenda es una costumbre que ha pasado de moda. Pero no es sólo ha cambiado el volumen de ropa, sino también las materias primas. Los materiales artificiales como el poliéster, son más baratos que los naturales. Así que casi todas las prendas de vestir, hoy en día están hechas de una mezcla de materiales, que a menudo contiene compuestos plásticos.
Reciclar estas prendas requiere separar cada material y eso es difícil. Por un lado, los métodos mecánicos de reciclado degradan las fibras y los químicos son demasiado caros, para resultar comercialmente viables. El envío de ropa de segunda mano a países de África y Asia también fracasó. Incluso si los mercados locales son lo suficientemente grandes para absorber los enormes volúmenes de prendas, la mala calidad de los productos va en detrimento de su durabilidad.
¿Alguien hace algo? La mayoría de las grandes empresas de moda no se molestan en medir los impactos de sus productos sobre el Medio Ambiente. Pero unos cuantos, espoleados por los escándalos anteriores que afectaron a la industria, están tomando medidas preventivas. H & M ha eliminado los productos químicos tóxicos y polifluorados de sus líneas (que impermeabilizaban las prendas) y compra algodón cultivado con menos plaguicidas, además fomentar la gestión estricta del agua y Nike, el gigante americano de la ropa deportiva ha logrado reducir sus desechos en un 60%.
Es necesario un cambio en el consumo, en la fabricación y en la valorización de las prendas, para que no sigan siendo un problema para el Medio Ambiente. El ahorro en contaminación, dinero y recursos sería ingente, con el simple gesto de reutilizar la misma camiseta dos veranos.
Fuente: Reciclaje de Residuos
Fuente: Reciclaje de Residuos