La próxima vez que vaya a botar a la basura empaques de tetra pack, una botella PET o desechable de 2,5 litros, piénselo: podría estar descartando los muros, el techo o la cubierta de su futura vivienda.
Por increíble que parezca, es posible. En Guarne (Antioquia) se construye la vivienda más autosostenible del país. Toda su estructura de 110 metros cuadrados fue hecha a base de guadua, considerada el acero natural. Las paredes las conforman 3.600 botellas PET, que además son muy fáciles de instalar. “Todos pueden participar en esa construcción: niños, discapacitados, ancianos, porque ensamblar las botellas es fácil. Hay tres formas de hacerlo: tuerca tornillo, remaches de pop o hilo de PET, que se saca de las mismas botellas”, explica Carlos Yepes, propietario de la casa, quien además asegura que en esta construcción participaron cuatro personas y tardaron tres meses: “Se puede implementar por autoconstrucción, lo cual baja más los costos”.
Luego de instaladas, las botellas pueden ser cubiertas según los gustos y necesidades de las personas. “Se revoca con suelos de cemento, la misma tierra que sale de la explanación de la casa, en madera, con el método tradicional de cemento arena e incluso con figuras artísticas con las tapas de las botellas”, comenta Yepes.
Esta casa en particular dejará la fachada sin cubrir, lo cual dará un efecto cristal, pero también para que quienes la visiten sepan que realmente está hecha de botellas y además es sismorresistente.
Para el techo se empleó otro material reciclable: “Las tejas son hechas de tetra pack, y como tiene aluminio son más frescas, pues rebotan el 35 % del sol. Una tradicional absorbe toda la radiación”, informó Álvaro Roldán, ingeniero de la Universidad del Valle.
Estas tejas son elaboradas por una empresa de la ciudad de Medellín, con base en una técnica brasileña.
Otro aspecto que la hace amigable con el medioambiente y autosostenible es la cosecha de aguas lluvias, las cuales pasan, después de un tratamiento de purificación, a la huerta de la casa y a ser utilizada para el lavado y el aseo. “Hay además un ecoguardián, que es un contenedor que recoge hasta 70 litros del agua de la ducha, los cuales pasan al tanque del sanitario para descargas”, dice Yepes.
La casa está lista en un 90 % y su costo a la fecha es de $31 millones, lo que significa que terminada y con acabados costará 40 % menos que una tradicional de tan sólo 40 metros cuadrados. “Hacemos esta vivienda para demostrar que es factible cambiar los modelos constructivos y tener sistemas más en armonía con la naturaleza para construir vivienda digna”, explica Carlos Yepes.
Aunque la casa no está pensada para que sea un modelo de construcción masiva, sí se apunta a públicos muy específicos: “Es una solución para personas que tienen una vivienda en el campo, un lote o una terraza en la ciudad”.
Toda su energía será solar
Esta casa tiene otro ingrediente adicional: sus 110 metros cuadrados, tres alcobas, dos baños, sala comedor, cocina y corredores externos contarán 100 % con energía solar a través de paneles traslúcidos que dan la iluminación interna a la casa. “Le vamos a instalar 4.200 vatios. Puede generar 466 kilovatios hora al mes, que alcanzan para una vivienda de cuatro o cinco personas”, asegura Jorge Julián Cañas Sánchez, ingeniero electricista de la empresa Energía y Materiales Coeficientes.
No estará conectada a la red de energía tradicional, será completamente autónoma y, como tendrá corriente alterna y directa, podrá conectar electrodomésticos directamente a la energía solar, como los calentadores de agua. “El susto de la gente es que es una tecnología muy costosa y puede parecerlo inicialmente, pero dura mínimo 25 años y la tasa de retorno está a siete años. Eso quiere decir que a partir del año siete tiene energía gratis hasta el año 25”, explica Cañas Sánchez.
Por todas estas características, esta vivienda se convierte en un modelo para el país y una alternativa para quienes quieren construcciones más económicas y de paso más amigables con el planeta.
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