Glaciares de todo el mundo desaparecen ante nuestros propios ojos, y las implicaciones de este súbito proceso para el ser humano son amplias y preocupantes, advierte un artículo que publica Science.
El derretimiento del hielo glacial contribuye al aumento del nivel del mar y los glaciares sirven agua fresca a comunidades de todo el mundo, son parte integrante de los sistemas meteorológicos y climáticos del planeta y son «paisajes únicos para la contemplación o la exploración», según señala esta experta. «Y se están encogiendo, rápido», escribe Twila Moon experta en glaciares de la Universidad de Colorado Boulder, en su análisis titulado ‘Diciendo adiós a los glaciares’.
Moon admite que estaba bastante aturdida cuando un editor de ‘Science’ se acercó a ella pidiéndole que escribiera un artículo de perspectiva sobre el estado de los glaciares del mundo por su conocimiento gracias a años de investigación y registro de publicación extensa. La experta describe las muchas formas en que los investigadores estudian la dinámica de los glaciares, desde mediciones ‘in situ’ en el hielo pasando por campañas de monitoreo basadas en satélites hasta modelos.
TENDENCIAS PREOCUPANTES
Moon describe en Science las tendencias preocupantes: la proyección de que Suiza perderá más de la mitad de sus pequeños glaciares en los próximos 25 años; la retirada sustancial de los glaciares de la Antártida, la Patagonia, el Himalaya, Groenlandia y el Ártico; la desaparición de los glaciares icónicos en el Parque Nacional Glacier, en Montana, o la reducción de trozos de hielo que ya no se mueven (por definición, un glaciar debe ser lo suficientemente masivo como para moverse).
En su artículo, Moon llama a la continua labor de la comunidad científica, para la cual la investigación sobre el hielo ya se está convirtiendo en una prioridad. Esta experta dice que le atrajeron los glaciares cuando era estudiante de Ciencias Geológicas y Ambientales en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, cuando pasó un semestre en el extranjero, en Nepal. «Por primera vez vi un gran valle glaciar que fluía a través del Himalaya –relata– y pensé que era lo más genial.
Después de estudiar la geología, el movimiento y el sonido del hielo, ahora mismo, se sienten casi vivos». Esa experiencia le hizo comenzar una carrera de investigación que le ha llevado a Groenlandia, Alaska, Noruega, y a dar conferencias en todo el mundo. La experta comenzó su trabajo «meramente», según indica, como una geóloga y glacióloga interesada en el hielo mismo. Poco más tarde la influencia del cambio climático formó parte de su trabajo. «Creo que soy lo más joven que puede ser una persona que comenzó en glaciología en un momento en que el cambio climático no era una parte primaria de la conversación», dice Moon, que tiene 35 años. ep
Fuente: CO2