La reunión anual de Alianza mundial por el Suelo (AMS) se centra en los “suelos negros” y en el intercambio de información

Abordar el desafío de la contaminación de los suelos, debida esencialmente a la actividad humana que deja un exceso de productos químicos en los suelos utilizados para producir alimentos, ha centrado la 5ª Asamblea Plenaria de la Alianza mundial por el Suelo (AMS), celebrada esta semana en la sede de la FAO.

El exceso de nitrógeno y metales pesados como arsénico, cadmio, plomo y mercurio pueden perjudicar el metabolismo de las plantas y reducir la productividad de los cultivos, llegando a poner en peligro las tierras cultivables. Cuando entran en la cadena alimentaria, estos contaminantes representan también riesgos para la seguridad alimentaria, los recursos hídricos, los medios de vida rurales y la salud humana.

“La contaminación de los suelos es un problema emergente, pero, debido a que se presenta en tantas formas diferentes, la única manera en que podemos reducir las lagunas de conocimiento y promover una gestión sostenible del suelo es intensificar la colaboración mundial y conseguir evidencias científicas fiables”, apuntó Ronald Vargas, experto en suelos de la FAO y Secretario de la AMS.

“Combatir la contaminación de los suelos y buscar su manejo sostenible es esencial para abordar el cambio climático”, señaló a su vez Rattan Lal, Presidente de la Unión Internacional de Ciencias del Suelo, en su discurso de apertura de la Asamblea Plenaria. Solucionar los problemas causados por los seres humanos a través de prácticas sostenibles significa que “se producirán más cambios de aquí a 2050 que durante los doce milenios transcurridos desde el inicio de la agricultura”, según Lal.

“La Asamblea Plenaria de la AMS es una plataforma única, neutral y con participación múltiple para debatir cuestiones globales sobre el suelo, aprender de las buenas prácticas y decidir actuaciones que garanticen suelos sanos que provean de forma efectiva servicios ecosistémicos y alimentos para todos”, aseguró María Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO para Clima y Recursos Naturales, añadiendo que “la acción a nivel de país es la nueva frontera”.

La Asamblea Plenaria aprobó tres nuevas iniciativas destinadas a facilitar el intercambio de información: el Sistema Mundial de Información sobre el Suelo; la Red Global de Laboratorios de Suelos –con el objetivo de coordinar y normalizar las mediciones entre países; y la Red Internacional de Suelos Negros, para fomentar el conocimiento sobre los suelos agrícolas más fértiles del mundo, conocidos por su alto contenido de carbono.

Mayor vigilancia sobre la contaminación del suelo
Alrededor de un tercio de los suelos del mundo están degradados, debido principalmente a prácticas insostenibles de gestión. Cada año se pierden decenas de miles de millones de toneladas de suelo, y de las causas es su contaminación, que en algunos países afecta hasta una quinta parte de todas las tierras agrícolas.

El término contaminación del suelo se refiere a la presencia en los suelos de sustancias químicas que están fuera de lugar o en concentraciones superiores a las normales. Esta contaminación puede proceder de la minería y la actividad industrial o de una gestión inadecuada del alcantarillado y los residuos. En algunos casos, los contaminantes se dispersan en zonas extensas transportados por el viento y la lluvia. Los insumos agrícolas -como fertilizantes, herbicidas y plaguicidas-, e incluso los antibióticos contenidos en el estiércol animal, son también importantes contaminantes potenciales y plantean retos particulares debido a sus composiciones químicas, que cambian con rapidez.

La contaminación del suelo es una amenaza insidiosa, porque resulta más difícil de observar que otros procesos de degradación del suelo, como la erosión. Los peligros que plantea dependen de cómo las propiedades del suelo afecten el comportamiento de los productos químicos y la velocidad con que éstos entren en los ecosistemas.

La diversidad de contaminantes y tipos de suelos, y las formas en que interactúan, hacen que los análisis para determinar las amenazas a los suelos sean complejos y costosos. Los miembros de la AMS acordaron convocar un simposio mundial sobre contaminación y polución de los suelos, a celebrarse en abril de 2018, y apoyaron la creación de redes mundiales para compartir información y armonizar las normas para abordar el problema.

Suelos negros

Aunque comúnmente se les denomina así en las clasificaciones nacionales, los “suelos negros” no resultan para nada uniformes. La nueva Red Internacional de Suelos Negros los define como teniendo al menos 25 centímetros de humus y un contenido de carbono orgánico del suelo superior al 2 por ciento A esta definición se adaptan cerca de 916 millones de hectáreas, equivalentes al 7 por ciento de la superficie terrestre del mundo libre de hielo.

Alrededor de una cuarta parte de los suelos negros son del tipo clásico “chernozem”, con una capa de humus de más de 1 metro: se encuentran en las regiones agrícolas muy productivas de las estepas de Europa oriental y Asia central y en las antiguas praderas de América del Norte. La Red Internacional de Suelos Negros promoverá su conservación y productividad a largo plazo, elaborando informes analíticos y ejerciendo de plataforma para el intercambio de conocimientos y la cooperación técnica.