MIAMI — El intermedista Dee Gordon cargó en brazos a Penélope, la hija de 5 meses de José Fernández. La llevó de un lado a otro del clubhouse hasta llegar frente al casillero del fallecido lanzador, donde la pequeña comenzó a llorar.

Hubo lágrimas, sonrisas, abrazos y emociones encontradas el lunes, cuando la familia de Fernández visitó el Marlins Park para presenciar un juego por primera vez desde que el lanzador estelar pereció en un accidente náutico, en septiembre.

En la jornada, el pitcher cubano habría celebrado su 25to cumpleaños. Entre los familiares que visitaron el parque estaba la madre de Penéfernandez_familialope, las dos abuelas de la menor y también la de Fernández.

La familia ingresó en el terreno antes de la práctica de bateo y se quedó para el comienzo del juego, en el que Miami enfrentaba a Washington.

«Fue un momento bien especial para todo el equipo», expresó el pelotero venezolano de cuadro Miguel Rojas. «Hubo muchas emociones. Fue un momento duro. Es duro permanecer fuerte en un momento así».

Rojas notó el parecido de Penélope con su padre.

«Su cara y su pelo. Recuerdo que muchas mañanas, José llegaba así, despeinado», indicó.

El manager Don Mattingly afirmó que la visita lo conmovió.

«Fue una sorpresa agradable», añadió. «Fue maravilloso ver a la niñita, a la mamá de José y a todos. Pero esto fue también un recuerdo de lo del año pasado».

Antes de dirigirse al parque, la familia de Fernández conmemoró su cumpleaños con una visita a la zona donde se encuentra el rompeolas contra el que encalló su lancha. Murieron el deportista y otras dos personas.

«Mi niño bello, donde quiera que estés hoy todos te vamos a recordar y extrañar mucho», escribió la madre de Fernández, Maritza Gómez, en su perfil de Facebook. «Nada más difícil que vivir sin ti, mi amor».

Además, la familia entregó una donación por 25.000 dólares, en nombre de su fundación, al Kiwanis Club, organismo que brinda atención a la niñez.

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