Si somos conscientes de impactos negativos del plástico y unicel, es muy probable que intentemos disminuir su consumo a la hora de comprar la despensa y otros menesteres; sin embargo, existen alimentos en los puestos de cada esquina, como jugos, atole, tortas y chilaquiles, o restos de los platillos en los restaurantes cuyos contenedores resultan ser de estos compuestos dañinos para el medio ambiente. Esto podría afectar en un periodo a largo plazo tanto a la higiene de las ciudades como al bienestar de los ecosistemas en la naturaleza.
Frente a esto, es indispensable realizar una serie de medidas que reduzcan la contaminación. Como ejemplo, se centran los esfuerzos de Francia al prohibir el uso de vasos, platos y cubiertos de plástico. Inclusive, las máquinas expendedoras de café ya no darán vasos de plástico. Se trata de una nueva ley que entró en vigor en el mes de agosto, dando pauta a los productores hasta el 2020 para asegurar que todos los platos, vasos y cubiertos vendidos en el país europeo provengan de fuentes biológicas y puedan usarse en la composta.
Esta medida fue la respuesta a la conferencia sobre el cambio climático que tuvo lugar en París, logrando como resultado que Francia comience un frente a favor del medio ambiente y cuidados ecológicos. Se espera que, de alguna manera, la ley francesa se convierta en un ejemplo para otros países para reducir el consumo de energía, desperdicio y plástico de la industria procesadora de plástico.
No obstante, existen oponentes: fabricantes de empaques europeos, como Pack2Go Europe, que se oponen a esta medida ecológica, pues consideran que afectará a los consumidores y violará las normas de la Unión Europea del libre movimiento de bienes. Se piensa incluso seguir luchando contra ella. Según Eamonn Bates, secretario general de la empresa, “Estamos exhortando a la Comisión Europea a que haga lo correcto y tome acción legal contra Francia por violar la ley europea. Si ellos no lo hacen, nosotros lo haremos.”
En México, por ejemplo, se requieren de esfuerzos tanto del consumidor – por ejemplo, llevar sus propios contenedores a la hora de comprar un jugo o un desayuno–, como de iniciativas gubernamentales que limiten la venta de productos de plástico y unicel en diferentes puntos de distribución.
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