Dirigentes indígenas de Guatemala, México y Venezuela han coincidido en señalar que la corrupción de sus gobiernos permite actividades extractivas de multinacionales en sus territorios que dejan a miles de personas sin agua, sin tierra y con mucha contaminación, aparte de violar sus derechos humanos.
Los representantes han participado en la 10ª Muestra de Cine Indígena de Madrid organizado por Casamérica bajo el lema “Por la memoria, el territorio y la vida”, con el fin de acercar al público madrileño filmes “que reflejen, desde una perspectiva propia, la realidad y cultura de los pueblos originarios de América Latina y del mundo”.
Medio ambiente, tierra y derechos
El actual coordinador general de la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas (CLACPI), el mexicano Mariano Estrada, ha explicado en entrevista con Efeverde que para entender la situación de las comunidades en su país hay que tocar muchos temas.
“El territorial, el de los derechos de los pueblos, el de las violaciones a esos derechos, el del área política y el de la cultural”.
Sin embargo, actualmente, lo más importante, ha aseverado, “es lograr la participación de los pueblos indígenas en la vida política de México “ante una nueva apuesta con la presentación de la candidata independiente María Patricia de Jesús para las elecciones del próximo año”.
La candidata representa a los pueblos indígenas y a la “iniciativa y propuesta de los hermanos zapatistas, que están esperando llegar al poder en 2018”, ha asegurado Estrada.
Dice no fiarse de “la Constitución porque responde más bien a las necesidades del capitalismo y del sistema”.
“El reconocimiento de la Constitución a los pueblos indígenas no se aplica como tal, todo se queda en el papel”, ha asegurado el también comunicador mexicano, quien coincide en este planteamiento con los representantes del pueblo wayú de Venezuela, David Hernández Palmar, y la de Guatemala , que prefiere no ser identificada para evitar posibles represalias.
“Detrás está la mano dura del Estado en los campos, en las comunidades, en los pueblos persiguiendo a los que se están moviendo, violentado sus derechos”, ha aseverado Estrada, quien sigue viviendo en la comunidad tseltal de San Manuel, a unos cuantos kilómetros de la cabecera municipal de Palenque (Chiapas, sur de México).
Los tres líderes han coincidido que su trabajo y “el espíritu comunitario” les permite afrontar el problema de la tenencia de la tierra, porque en los tres países, dicen, las multinacionales llegan “de la mano del Estado o autoridades locales, y se les escapa de las manos el poder protegernos de terceras partes”.
Ha denunciado que hace una semana “la misma Cámara (Parlamento) que dice reconocer los derechos de los pueblos indígenas, ha exigido el desmantelamiento de las radios comunitarias que están emitiendo sin permiso solo por utilizar las fuentes de información”.
El agua y los ríos
Pero sin agua no hay cultivos ni vida, y eso es lo que ha denunciado la representante guatemalteca al hablar de los efectos que está provocando “la construcción de hidroeléctricas”, sobre todo en el departamento de Alta Verapaz, en el norte de Guatemala.
A pesar de las protestas y denuncias de las comunidades indígenas de Alta Verapaz, “el proyecto Renace, en el que está implicada, entre otras, la subsidiaria Cobra, del grupo del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, sigue expandiendo el negocio”, ha dicho la líder guatemalteca.
Antes los habitantes de las comunidades tenían libre acceso a los ríos, “hoy deben pedir permiso para acceder con una vasija a recoger agua para beber”, teniendo que hacer colas “desde las tres de la madrugada”.
Se ha perdido biodiversidad en todo el país, “ya no se ven especies que antes eran comunes en cualquier parte”.
Los wayú y el conflicto armado de Colombia
La situación de los wayú venezolanos está “muy ligada al conflicto colombiano” porque hasta su territorio han llegado guerrilleros y paramilitares al ser zona de frontera”, ha asegurado Hernández Palmar, por ello están a la espera de las decisiones de los presidentes tanto de Colombia como de Venezuela sobre la puesta en marcha del plan de paz.
Pero hay apuestas en su territorio que se están “vulnerando como la salud, la educación y la comunicación”, ha manifestado Hernández, que ha añadido que factores como el “cierre de fronteras, la hambruna en el lado colombiano y la crisis de Venezuela están afectando al pueblo wayú” que suma más de un millón y medio de personas distribuidas entre el norte de Colombia y el noroccidente de Venezuela.
Pero, también les afecta la apertura en suelo wayú colombiano de la mayor mina a cielo abierto en el mundo, mientras en Venezuela “hemos dado la lucha para preservar los territorios y que no sean dados en concesión para la explotación de carbón”.
Los wayú de Venezuela representan el 2 % de la población del país, constituida por 42 pueblos indígenas y 36 lenguas autóctonas “que son de uso oficial” y tienen entre sus objetivos potenciar “la educación, el respeto al territorio y la diversificación de la energía -la eólica-, para potenciar la agricultura”.
Ha añadido que con la bajada del precio del petróleo “se pretende abrir el abanico de la actividad extractiva”, pero en Venezuela el Gobierno está obligado a “hablar con las comunidades indígenas en un proceso difícil, pero al menos hay diálogo”, lo que no sucede en México ni Guatemala, según sus representantes, situación que está provocando la “desaparición” de dirigentes indígenas por la defensa de sus tierras y el medio ambiente, ha asegurado Hernández Palmar.
Dice que a pesar de que en Venezuela hay instrumentos jurídicos que garanticen sus derechos, necesitan “empoderamiento como pueblo” para aprender a implementarlos. Efeverde