Hace ya más de una década, concretamente desde el año 2005, que se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Usabilidad, una propuesta llevada a cabo por la Asociación de Profesionales de la Usabilidad con el propósito de concienciar a la gente y hacerles ver la importancia de asegurar que los productos y útiles de la vida diaria sean más fáciles y prácticos a la hora de disponer de ellos.

Así pues, el segundo jueves de noviembre de cada año, se organizan más de 200 eventos a lo largo de 43 países en todo el mundo para dar a conocer la iniciativa y formar nuevos profesionales en la materia en cuestión, esto es, proceder a mostrar e inculcar las herramientas necesarias para tratar temas capitales relacionados con la funcionalidad y desarrollo de las nuevas tecnologías, así como investigaciones sobre la usabilidad.

Si bien el objetivo general de cada año no es otro que el de acercar la iniciativa al gran público con la intención de hacer nuestra vida más fácil y cómoda, cada año se hace especial foco en una temática en concreto, siendo la de este año el concepto de “sostenibilidad” que tan de moda se encuentra en los medios de comunicación.

En este sentido, la iniciativa se centra en concienciar a la ciudadanía sobre cómo hacer un uso correcto de los cada vez más precarios recursos de nuestro planeta, así como establecer una simbiosis con la naturaleza y aprovechar así los elementos que nos ofrece, pero sin llegar a abusar nunca de ellos.

Es el caso, por ejemplo, de las energías renovables, el mayor empleo de coches eléctricos o la arquitectura sostenible, que se erigen como formas limpias de abastecernos del planeta, pero sin perjudicarlo en exceso. En cuanto a este concepto, si bien en teoría suena realmente prometedor, no queda sino esperar a mayor estandarización del mismo para sacar conclusiones claras.