Bonn, 14 de noviembre de 2017 – Los líderes mundiales y expertos que están asistiendo a la última ronda de negociaciones sobre el clima en Bonn han dicho hoy que la seguridad alimentaria mundial solo puede lograrse coordinando las políticas centradas en el hambre, la pobreza y el cambio climático.
“El cambio climático es un enorme obstáculo para el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2, que consiste en poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición”, dijo José Graziano da Silva, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en un evento de alto nivel dedicado al hambre en la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP23).
El cambio climático socava el progreso hacia la erradicación del hambre, y la variabilidad del clima aumenta el riesgo de interrupciones del suministro y la distribución de alimentos. “Para conseguir el ODS 2 y responder con eficacia al cambio climático, necesitamos una transformación de nuestros sectores agrícolas y nuestros sistemas alimentarios”, añadió.
La COP23 de este año está centrada en cómo cumplir los compromisos asumidos en virtud del Acuerdo de París, con el que se pretende limitar el calentamiento medio del planeta muy por debajo de los 2 grados centígrados, y lo más cercano posible a los 1,5 grados.
En ese acuerdo se reconoce la prioridad fundamental de lograr la seguridad alimentaria, así como la vulnerabilidad de los sistemas de producción de alimentos a los efectos del cambio climático.
Según el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2017 de la FAO, el hambre ha aumentado por primera vez en más de una década, principalmente debido a conflictos y al cambio climático. Se calcula que, actualmente, el hambre afecta a 815 millones de personas.
Sin embargo el cambio climático provoca más fenómenos meteorológicos extremos, degradación de la tierra, desertificación, escasez de agua, subidas del nivel del mar y climas variables, lo que obstaculiza los esfuerzos para alimentar al planeta.
Thomas Pesquet, astronauta de la Agencia Espacial Europea que este año ha terminado una estancia de seis meses en la estación espacial internacional, ha compartido sus opiniones sobre el potencial de la tecnología para hacer frente al problema.
En las últimas décadas las imágenes de satélite han mejorado enormemente nuestra comprensión de los flujos y reservas de carbono y nitrógeno, y son una herramienta clave para idear soluciones a todas las escalas. “Las soluciones siempre son locales pero las herramientas pueden ser mundiales”, dijo Pesquet.
Soluciones en gestación
El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2 de la Agenda 2030 consiste en poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, y promover la agricultura sostenible.
El evento, organizado por la FAO y sus socios, reunió a representantes clave de Gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, que analizaron formas de combatir el cambio climático (ODS 13), el hambre (ODS 2) y la pobreza (ODS 1) de forma coordinada, entre otras cosas a través de una agricultura sostenible y prácticas que proporcionen múltiples beneficios.
La agricultura sostenible tiene un potencial enorme para responder al cambio climático. El evento generó infinidad de ideas para aprovechar ese potencial.
Más del 70 % de las personas que viven en la pobreza extrema residen en zonas rurales. También son las más vulnerables al hambre, la desnutrición, la escasez de recursos naturales, los conflictos y los efectos del cambio climático.
“Los pobres de las zonas rurales forman parte de la respuesta mundial que tenemos que dar al cambio climático”, dijo Da Silva. “Son agentes claves de cambio que necesitan que su función de custodios de la biodiversidad, los recursos naturales y los servicios vitales de los ecosistemas sea fortalecida”, añadió.
He aquí algunos de los enfoques incluidos en el documento final elaborado en el evento:
- Apoyo a los mecanismos basados en la comunidad para la adaptación al cambio climático y la gestión del riesgo de desastres, a través Programa de acción mundial sobre seguridad alimentaria y nutrición en los pequeños Estados insulares en desarrollo.
- Gestión sostenible de los bosques como parte de una gestión integrada de los paisajes.
- Mejora de la inversión en sistemas alimentarios sostenibles, con un nivel bajo de emisiones de carbono y resilientes para acabar con la pobreza y el hambre.
En la reunión también se destacaron ideas prácticas para reducir las emisiones de la agricultura, así como el papel de la mejora de las prácticas en la reducción de la intensidad de las emisiones y el aumento de la productividad. En el caso del sector de la ganadería, la FAO calcula que las emisiones podrían reducirse fácilmente cerca de un 30 % adoptando las mejores prácticas.
Asimismo, en la reunión hubo consenso en que la tierra debe gestionarse de forma que aumente el carbono del suelo, sobre todo en los pastizales, y que, en colaboración con las partes interesadas, es necesario crear protocolos rigurosos para evaluar y llevar un seguimiento de las reservas de carbono. Según algunas estimaciones, la rehabilitación de suelos agrícolas y degradados puede eliminar hasta 51 000 millones de toneladas de carbono de la atmósfera.
Todos los participantes estuvieron de acuerdo en que las acciones en estas y muchas otras esferas de la agricultura pueden ayudar al mundo a construir un Acuerdo de París más firme y más ambicioso con el que se cumplirán los objetivos de desarrollo sostenible de acabar con la pobreza y de reducir el hambre.
La mesa redonda de alto nivel dedicada al ODS 2 formaba parte de los días de Acción Climática Global de la Alianza de Marrakech, que se están celebrando durante el 23º período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP23).