Brasil estima que la deforestación en la Amazonía caerá de forma «acentuada» este año en relación a la reducción del 21,47 % registrada entre agosto y diciembre de 2017 y la del mismo periodo de 2016, según cifras divulgados por el Ministerio de Medioambiente.
En una teleconferencia con periodistas, el ministro de Medioambiente, José Sarney Filho, aseguró que se está “avanzando, vamos a dejar un legado importante”.
Deforestación en la Amazonía
De acuerdo con previsiones del Instituto Brasileño de Medioambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama), la Amazonía brasileña perderá menos de 5.000 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal entre agosto de 2017 y julio de 2018.
“La deforestación este año va a tener una caída acentuada y va a consolidarse el comando y control (de la fiscalización), que es fundamental. No va a resolver el problema, pero es importantísimo para impedir la deforestación”, señaló Sarney Filho.
De confirmarse las previsiones, Brasil reduciría en más de 1.000 kilómetros cuadrados el área deforestada entre agosto de 2016 y julio de 2017, cuando la Amazonía brasileña perdió 6.624 kilómetros cuadrados, una cifra en un 16 % inferior frente al año anterior (2015-2016).
“Lo que estaba ocurriendo es que, sin recursos para órganos de fiscalización y en plena crisis política y con una recesión tremenda, no había coordinación de los órganos y la población sintió que el Gobierno no estaba más presente”, evaluó el ministro brasileño.
Registro de las áreas más deforestadas
El titular de la cartera de Medioambiente dijo que las autoridades competentes están elaborando un registro con las áreas más golpeadas por la deforestación y aquellas con una mayor presión agropecuaria, entre otras medidas de fiscalización.
Sarney Filho se mostró convencido de que, si la política ambiental no es boicoteada por el nuevo presidente que salga de las elecciones del próximo octubre, Brasil tendrá “todas las condiciones para cumplir con el Acuerdo de París“.
Reducir la deforestación a 4.000 kilómetros cuadrados al año en
El objetivo del Gobierno brasileño es reducir la deforestación de la Amazonía a un área inferior a 4.000 kilómetros cuadrados al año a partir de 2020.
Esa meta figura entre los compromisos que Brasil asumió en el Acuerdo de París para reducir las emisiones de gases contaminantes, ya que la tala y el incendio de bosques son los principales responsables por los gases emitidos por el país.
El ministro también insistió en la importancia de comenzar a pagar por los servicios ambientales prestados, es decir, por la deforestación evitada como forma de compensación a la población de la Amazonía, que en el lado brasileño supera los 23 millones de personas, los cuales viven en condiciones precarias.
“Tenemos que mostrar que en algún momento esas personas van a tener alguna compensación por aquello que están haciendo por Brasil y por el mundo, que es mantener los servicios ambientales del mayor bosque tropical del mundo”, aseguró Sarney Filho.
El ministro no específico la cuantía a ser pagada, pero estimó que sería “bastante elevada”. Efeverde