Integración Medioambiental de Disneyland se han convertido hoy en los ponentes más destacados del Fórum Internacional de Gestión de Residuos «Wasteinprogress» que se desarrolla en Gerona, donde han presumido de llegar a reciclar el aceite de freír patatas como biodiesel.
Disneyland (EE.UU)
Anthony Garcia y Jake Raykhelson han atraído la atención de los asistentes a esta cita al explicar que, con ese combustible de fabricación propia, funcionan los míticos trenes de vapor del parque infantil estadounidense y alguna otra atracción.
La intervención de Garcia y Raykhelson ha sido una de las que han expuesto modelos de gestión de residuos en ciudades, eventos y espacios donde el turismo tiene un peso primordial, eje de la actual edición del Wasteinprogress.
Disneyland trabaja con el objetivo de alcanzar un volumen de reciclaje del 60 % en 2020 pese a contar con millones de visitantes cada año.
“La dirección está comprometida con que tengamos éxito en este campo”, ha explicado Anthony Garcia, para quien la clave es aplicar diferentes programas de gestión de residuos en función de la zona del parque y de su uso.
En todo caso, todas esas acciones medioambientales se aplican desde la voluntad de los visitantes y, pese a la ausencia de obligación alguna, el índice de participación supera el 90 %.
Isla de KrK (Croacia)
El de Disneyland no ha sido el único modelo que se ha expuesto a los asistentes a la primera jornada del Wasteinprogress, que ha contado también con otros ponentes como el director técnico de la empresa municipal de gestión de residuos de la isla de Krk en Croacia, Dean Kosic.
Allí, un lugar con una población de 19.500 personas que alcanza las 135.000 en la temporada de verano, se superó en 2014 el 50 % de recogida selectiva de la basura y se espera llegar al 75 % próximamente gracias a una serie de medidas adoptadas.
Kosic ha relatado que el proyecto arrancó en 2004 con 1.400 ubicaciones de contenedores para reciclar en cinco fracciones diferentes.
Sin recibir sanción alguna, los habitantes de Krk alcanzaron el objetivo del 50 %, pero el sistema puerta a puerta es el escogido para dar el salto hasta el 75 %.
Los propietarios de apartamentos o habitaciones que se alquilan a turistas reciben una información que transmiten a los visitantes e igual sucede en los hoteles y cámpings.
Los supermercados cuentan con instrumentos para prensar las diferentes fracciones de basura, pero la implementación más llamativa es la de las ecopatrullas, que comprueban que el contenido de cada contenedor es el que corresponde.
Los cubos que se distribuyen a los vecinos cuentan con un chip que les identifica y que permite a esa ecopatrulla detectar algún error en la selección de residuos y, en caso de reiteración, contactar con esa persona.
Val di Fiemme (Italia)
Otro ejemplo de éxito es el de Val di Fiemme, en los Alpes Dolomitas de Italia, cuyo coordinador de comunicación y eventos de la empresa pública del servicio de recogida, Roberto Dallabona, ha acudido también a la capital gerundense.
Dallabona ha presumido de un 86 % de reciclaje, después de comenzar con un 27 % en 2004 y un sistema puerta a puerta para la fracción de rechazo con una tarifa aplicada en función del residuo producido.
La imaginación ha llevado a los 21.000 vecinos de este valle alpino a poner en marcha tiendas donde se recuperan objetos y se reutilizan, a donar comida caducada a organizaciones solidarias y a utilizar material a granel en sus tiendas.
Una de sus acciones más recientes ha sido el de ofrecer a las familias con recién nacidos pañales que se pueden lavar y diseñar una serie de carteles completamente figurativos para los turistas y evitar así problemas con las traducciones.
El puerta a puerta es de todos modos el punto más importante para Dallabona, para quien “un contenedor en la calle implica menos responsabilidad”.