La construcción de rascacielos lleva implícita la obsesión por hacerlos cada vez más altos, casi hasta donde la atmósfera ya no permite el desarrollo en la tierra. No obstante, diseñadores japoneses están inaugurando una nueva era de obsesiones arquitectónicas (ciertamente más sustentables), con la planeación del primer rascacielos hecho de madera.
Además de que tendrá una portentosa altura de casi 350 metros, este edificio (nombrado precisamente el W350), será construido bajo una amplia visión sustentable. La compañía Sumitomo Forestry, encargada de esta construcción, tiene casi tres siglos de experiencia, y se dedica tanto al manejo sustentable de bosques y ecosistemas, como a la producción de materiales de construcción naturales.
No sorprende por ello que este proyecto provenga del lejano oriente y de una compañía con una marcada política de sustentabilidad, cuyo espíritu es el de “no perseguir ganancias fáciles ni actuar imprudentemente”. Así, empezando por Tokio, que será sede de este proyecto, el rascacielos de madera espera ser un parteaguas en la construcción de ciudades más sustentables, con un espíritu más cercano a la naturaleza y un amplio uso de tecnologías eco-amigables. Esto, junto con otros esfuerzos que se hacen actualmente (como los edificios zero waste y los edificios que limpian el ambiente) puede realmente marcar una gran diferencia para la visión de las nuevas sociedades.
¿Por qué optar por madera?
El 90% de este edificio será de madera, con un 10% de metal para fortalecer la estructura y hacerlo seguro ante la constante actividad sísmica que presenta Tokio. Muchos de sus espacios, como los balcones, serán diseñados pensando en que los habitantes y trabajadores del edificio puedan disfrutar de la biodiversidad contenida en el propio edificio, mejorando su calidad de vida en términos personales.
La utilización de madera para este edificio hibrido significa un gran avance en arquitectura sustentable. Además de ser renovable (ya que Sumitomo Forestry se dedica también a la reforestación), su uso permite la generación de nuevos bosques, los cuales fijan mayores cantidades de CO2, el gas responsable de la contaminación atmosférica. Con su uso, también, se promueve la mitigación del cambio climático. Otras ventajas residen en que la transformación de este material requiere de un mínimo consumo energético, y que es completamente reciclable.
Lo malo es que tendremos que esperar hasta 2041 para ver este proyecto terminado. Pero puede ser que sea el comienzo de lo que Sumitomo Forestry llama el “cambio de ciudades a bosques.”
*Imágenes: Sumitomo Forestry