El frío extremo experimentado en América del Norte -especialmente en Estados Unidos- en los últimos años, está relacionado con las elevadas temperaturas en el Ártico, ha revelado un estudio publicado en la revista científica británica Nature.
El equipo de Judah Cohen, del centro de Investigación Atmosférica y Medioambiental de Massachusetts (EE.UU), analizó las variaciones de temperatura sucedidas en doce ciudades estadounidenses a lo largo de 68 años en comparación con los valores meteorológicos de ese mismo periodo en el Ártico.
Causalidad directa entre ambos fenómenos
Aunque la relación entre el calentamiento del Polo Norte y las olas de frío en Eurasia y Norteamérica han sido motivo de amplios debates, no se ha podido establecer, hasta la fecha, una causalidad directa entre ambos fenómenos.
La investigación de Cohen es revolucionaria por establecer correlaciones entre temperaturas en las zonas de latitudes medias y anomalías meteorológicas en el Ártico datadas de 1950, mientras que el resto de estudios realizados están limitados a un periodo de tiempo mucho menor.
Los expertos demostraron que la frecuencia de los episodios de frío extremo han aumentado en la costa este de EE.UU desde 1990, pero han disminuido en la costa oeste de manera correlativa al calentamiento del Ártico.
Debilidad del vórtice polar
El equipo de Cohen matizó que sus conclusiones no establecen una explicación mecánica para la relación entre el calentamiento del Polo Norte y las olas de frío continentales, aunque sí son consistentes con otros estudios realizados previamente.
De esta forma, los científicos sugieren que la debilidad del vórtice polar -un ciclón situado en las capas altas de la atmósfera en la región ártica y que actúa como barrera para evitar que escape el frío- es la causante de estas olas de frío drásticas. EFEverde