Este lunes las Naciones Unidas abrieron sus puertas a la 17ª Sesión del Foro Permanente sobre Asuntos Indígenas. El Foro está encargado de proporcionar recomendaciones sobre los temas indígenas al Consejo Económico y Social de la Organización, el ECOSOC.

El evento reúne del 16 al 27 de abril a cientos de participantes de varias partes del mundo. Este año el tema es: “Pueblos indígenas, derechos colectivos a la tierra, territorios y recursos” y cuenta con la participación de varios representantes de Gobierno y de la sociedad civil, entre ellos el presidente de Bolivia, Evo Morales.

El presidente de la Asamblea General, Miroslav Lajčák, participó en la ceremonia de inauguración del Foro y aseguró que las Naciones Unidas debían hacer más por estas personas.

“Nuestros discursos en la ONU pueden hacer parecer que todo está perfecto, ya que enfatizan en los derechos de los pueblos indígenas y reconocen el valor de su cultura y herencia y fomentan su participación política, pero nada es perfecto, la realidad de los pueblos indígenas es muy diferente a lo que suena en papel, ninguna de nuestras resoluciones hablan de su desesperación, ellos merecen más que nuestras voces, las palabras no pueden proteger sus tierras ni mantener sus lagos limpios ni asegurarles un futuro a sus hijos”, dijo Lajčák.

Los pueblos indígenas tienen profundos lazos espirituales, culturales, sociales y económicos con sus tierras, que en gran medida dan forma a su identidad. La defensa de estos derechos y recursos no solo sirve a los intereses de estas personas, sino a los de toda la sociedad.

Los territorios indígenas representan alrededor del 20 % del planeta, donde se encuentra hasta el 80 % de la biodiversidad restante. Los pueblos indígenas son mejores que otros en la protección del medio ambiente, por lo que su punto de vista es importante a la hora de combatir problemas como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Sin embargo, en muchos países, incluso a pesar de la existencia de legislación relevante, se están infringiendo los derechos colectivos de los pueblos indígenas. A menudo esto se debe a la falta de acciones reales para protegerlos, como el mapeo de recursos, la demarcación y la apropiación formal de la propiedad.

Un problema aún más grave son los proyectos a gran escala, tales como las presas, las carreteras, las empresas mineras, las operaciones de extracción, los monocultivos o la siembra de biocombustibles, que muchas veces se llevan a cabo sin el consentimiento de los pueblos indígenas.