La huella de carbono del turismo mundial aumentó cuatro veces más de los que se creía hasta ahora, según un estudio publicado hoy en Australia, que le atribuyó el 8 por ciento de las emisiones de gases contaminantes del mundo.
La investigación, de la Universidad de Sídney, es la primera que cuantifica la aportación del turismo a la emisión de gases de efecto invernadero a lo largo de la cadena de suministro.
Según el trabajo, la aportación del turismo fue de entre 3,9 y 4,5 Gigatoneladas de CO2-equivalente, y su crecimiento fue más rápido que el del comercio internacional, indicó la institución académica en un comunicado.
En total el turismo es responsable de casi una décima parte de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo, añadió el estudio.
“Nuestro análisis es la primera mirada mundial sobre el verdadero coste del turismo, incluyendo elementos de consumo como comidas en restaurantes y souvenires”, dijo su autora, Arunima Malik.
El estudio, publicado la revista científica Nature Climate Change, evaluó 189 países, incluidos Estados Unidos, China, Alemania e India, los que más contribuyen a estas emisiones.
Los pequeños estados insulares también atraen una desproporcionada cuota de emisiones de carbono, debido a su pequeña población y la llegada de turistas extranjeros.
En países como Maldivas, Mauricio, Chipre o Seychelles, el turismo internacional representa entre el 30 y el 80 por ciento de las emisiones nacionales.
El líder de la investigación, Manfred Lenzen, dijo que un factor clave de la huella del turismo son los viajes aéreos y que esta previsiblemente aumentará a medida que la demanda y las mejoras tecnológicas hagan los viajes de lujo más asequibles.
Según la evaluación la contribución de los viajes aéreos a las emisiones contaminantes es del 12 por ciento del total del impacto del turismo, lo que equivale a 0,55 GT CO2-e.
La coautora del estudio, Ya-Yen Sun, de la Universidad de Queensland y la Cheng Kung de Taiwán, instó a incluir el turismo en los planes contra el cambio climático, y aplicar impuestos o planes de intercambio de emisiones para la aviación. EFEverde