Un mundo sin polinizadores, un mundo sin diversidad alimentaria
Las abejas, mariposas y otros polinizadores tienen influencia sobre nosotros. Los alimentos que consumimos, como frutas y vegetales, dependen directamente de los polinizadores. Un mundo sin polinizadores equivaldría a un mundo sin diversidad alimentaria, sin arándanos, café, chocolate, pepinos ni muchos otros alimentos.
No solo ayudan a asegurar la abundancia de frutas, frutos secos y semillas, sino también su variedad y calidad, cruciales para la alimentación humana. A parte de alimentos, los polinizadores también contribuyen directamente a la obtención de medicamentos, biocombustibles, fibras, como el algodón y el lino, y materiales de construcción.
La inmensa mayoría de las especies de plantas con flores solo producen semillas si los animales polinizadores transportan el polen de las anteras a los estigmas de sus flores. Si no hicieran esto, muchas especies y procesos interconectados que funcionan dentro del ecosistema colapsarían.
Por tanto, la polinización es un proceso fundamental tanto en los ecosistemas terrestres naturales como en los humanos. Es fundamental para la producción de alimentos y sustentos humanos, y vincula directamente los ecosistemas silvestres con los sistemas de producción agrícola.
Necesidad de una diversidad de polinizadores
La mayoría de las 25 000 a 30 000 especies de abejas (Hymenoptera: Apidae) son polinizadores efectivos y, junto con polillas, moscas, avispas, escarabajos y mariposas, constituyen la mayoría de las especies polinizadoras. Pero la diversidad de los polinizadores y los sistemas de polinización es sorprendente.
De hecho existen polinizadores vertebrados, como los murciélagos, mamíferos no voladores (como varias especies de monos y roedores, los lémures, las ardillas comunes, los olingos y los kinkajúes) y aves (colibrís, suimangas, mieleros y algunas especies de loros).
La comprensión actual del proceso de polinización nos muestra que, aunque existen relaciones específicas entre las plantas y sus polinizadores, la abundancia y la diversidad de estos aseguran un servicio de polinización más saludable.
Adaptación a climas cambiantes
Un grupo diverso de polinizadores, con diferentes características y respuestas a condiciones ambientales, es también la mejor manera de minimizar los riesgos provocados por el cambio climático. Esta diversidad asegura la existencia de polinizadores tanto para las condiciones actuales como para las futuras. Como resultado de la biodiversidad, se puede dotar de resiliencia a un agroecosistema.
Sin embargo, los polinizadores se enfrentan hoy en día a muchos desafíos; desde la agricultura intensiva y los pesticidas hasta el cambio climático.
Crisis de la polinización
Al reconocer las dimensiones de la crisis de polinización y su vinculación con la biodiversidad y la subsistencia humana, el Convenio sobre la Diversidad Biológica ha hecho de la conservación y el uso sostenible de los polinizadores una prioridad. En el año 2000, se estableció la IPI, Iniciativa Internacional sobre Polinizadores (COP decisión V/5, sección II), en la Quinta Conferencia de las Partes (COP V), como una iniciativa transversal para promover la acción coordinada global para:
- monitorizar el descenso del número de polinizadores, sus causas y su impacto en los servicios de polinización;
- abordar el problema de la falta de información taxonómica sobre los polinizadores;
- establecer el valor económico de la polinización y el impacto económico del descenso de los servicios de polinización; y
- promover la conservación y restauración, y el uso sostenible de la diversidad de polinizadores en agricultura y ecosistemas relacionados.
Cuidar a las abejas y otros polinizadores es parte de la lucha contra el hambre en el mundo
En los agroecosistemas, los polinizadores son esenciales para la producción frutal, hortícola y forrajera; así como para la producción de semillas para el cultivo de tubérculos y fibras vegetales. Polinizadores tales como las abejas, las aves y los murciélagos afectan al 35% de la producción agrícola mundial e incrementan la producción de 87 de los principales cultivos de alimentos en todo el mundo, así como de plantas de las que se extraen principios activos para medicamentos.