El papa Francisco recordó hoy ante los dirigentes de las más importantes multinacionales del petróleo y del gas la necesidad de llevar acabo la transición energética y les instó a que la «sed» de energía «no anule la civilización».

“Les invito a ser el núcleo de un grupo de líderes que imaginan la transición energética global de modo que tenga en cuenta a todos los pueblos de la tierra, como también a las futuras generaciones, a todas las especies y los ecosistemas”, dijo el papa Francisco a estos dirigentes que se reunieron durante dos días en el Vaticano.

Equilibrio

Constató que existe el desafío de lograr garantizar la enorme cantidad de energía necesaria para todos, pero pidió “modalidades de explotación de los recursos que eviten producir desequilibrios ambientales, tales como causar un proceso de degradación y contaminación de la que la humanidad de hoy y de mañana quedaría gravemente herida “.

“La civilización pide energía, pero el uso de energía no puede destruir la civilización”, clamó.

Resaltó el falsopresupuesto que “exista una cantidad ilimitada de energía y que la manipulación de la naturaleza pueda ser fácilmente absorbida”, como ya había escrito en su encíclica “Laudato Si”.

Transición energética

Y por tanto exhorto a “una estrategia global a largo término que ofrezca seguridad energética, que favorezca la estabilidad económica, proteja la salud y el ambiente y promueva el desarrollo humano íntegro, estableciendo compromisos precisos para afrontar el problema del cambio climático”.

Instó a que se proceda “hacia una transición que haga crecer el compromiso hacia la alta eficacia y la baja contaminación” así como “el desarrollo de las energías renovables”.

Sin ello, “se acabará en una espiral más grave de los cambios climáticos, con la temible subida de las temperaturas del globo, duras condiciones medioambientales y aumento de niveles de pobreza”.

Cambio climático

Lamentó cómo no se han respetado las intenciones firmadas en el Tratado de París de 2015 y se dijo preocupado “por las continuas explotaciones para extraer combustibles fósiles, aunque esté claramente desaconsejado”.

 

A ellos, el pontífice indicó que “tanto las decisiones políticas como la responsabilidad social de las empresas deben evitar oportunismos y cinismos para obtener en breve periodo resultados parciales que descarguen en el futuro costos altísimos y daños relevantes”.

“La continua necesidad de crecimiento económico ha comportado graves consecuencias ecológicas y sociales, visto que nuestro actual sistema económico prospera siempre basado en el aumento de las extracciones, el consumo y el desperdicio”, recordó.