Cuatro organismos actuariales de América del Norte han comenzado a colaborar para desarrollar el Índice sobre el Clima para Actuarios y el Índice de Riesgo Climático para Actuarios, próximos a ser publicados. El último índice está destinado a ayudar a la industria de seguros a modelar posibles pérdidas relacionadas con el cambio climático. Está diseñado para evaluar qué poblaciones y propiedades están en riesgo de sufrir pérdidas y cuantificar este riesgo.

El punto clave aquí es que los mercados se están moviendo y, para usted y para mí, las primas aumentarán a medida que crezca el riesgo.

Los árboles absorben dióxido de carbono y por tanto mitigan el cambio climático. Alrededor de 12% de todas las emisiones climáticas provocadas por el hombre provienen de la deforestación, principalmente en áreas tropicales. Las turberas y los ecosistemas de bosques antiguos almacenan grandes cantidades de carbono y agua, por eso es clave proteger los bosques primarios restantes.

Una gestión forestal cuidadosa -incluyendo las medidas de mitigación de incendios forestales, como la creación de zonas de amortiguamiento-, puede mejorar las funciones de mitigación climática de los bosques, así como también reducir la erosión del suelo.

Una gestión forestal cuidadosa -incluyendo las medidas de mitigación de incendios forestales, como la creación de zonas de amortiguamiento-, puede mejorar las funciones de mitigación climática de los bosques, así como también reducir la erosión del suelo.

El cambio climático está afectando los patrones climáticos globales, con varias consecuencias. En Kenia, por ejemplo, la presa de Masinga, cerca de Nairobi, pronto tendrá que cesar la producción de electricidad ya que sus niveles de agua son críticamente bajos.

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En 2010, ONU-Agua hizo hincapié en que los impactos del cambio climático se reflejan en gran medida en la hidrología y los recursos hídricos, lo que lleva a un aumento de los eventos extremos como la sequía o las inundaciones. Las alteraciones en el ciclo del agua están detrás de la mayoría de los impactos del cambio climático en los ecosistemas y el bienestar humano.

¿Qué podemos hacer?

Hay muchas cosas que podemos hacer y que ya estamos haciendo para mitigar el cambio climático y adaptarnos a él.

En algunas áreas, la transformación ya está ocurriendo con bastante rapidez. La producción de energía renovable, por ejemplo, está creciendo a tasas sin precedentes a nivel mundial.

En Kenia se está llevando a cabo un gran trabajo para restaurar los manglares, que no solo absorben dióxido de carbono, sino que también mitigan las tormentas y actúan como criaderos de peces y crustáceos, una parte clave de la salud costera y oceánica.

Gran parte de la solución está en la agrosilvicultura: la plantación y el cuidado de los árboles en los cultivos agrícolas o degradados. «La agrosilvicultura está cambiando la agricultura y abordando el cambio climático en muchos países con la misma certeza con que la ‘revolución verde’ llegó a todo el mundo prometiendo mayores rendimientos con productos químicos en los años 60 y 70», dice el escritor John Vidal en The Guardian.

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Los bosques son fundamentales. No podemos seguir perdiendo áreas boscosas del tamaño de Nueva Zelanda cada año. Es un ritmo insostenible.

No existe una solución única para todos, pero se están ejecutando algunas iniciativas geniales. AFR100 (la Iniciativa de Restauración del Paisaje Forestal Africano) es un esfuerzo liderado por países para restaurar 100 millones de hectáreas en África para el año 2030. Kenia es uno de los países más comprometidos con este objetivo.

Hago un llamamiento al Gobierno y al pueblo de Kenia para que alcancen su objetivo constitucional de alcanzar 10% de cobertura forestal para el año 2030.

Este artículo se publicó por primera vez en la revista Miti de Kenia.