Nacho Temiño.- Polonia, uno de los países con más contaminación de Europa, ve ahora cómo la importación masiva de basura de otros países, incluso de Australia, y su descontrolada quema dispara los niveles de contaminación, con nubes de gases tóxicos que oscurecen los cielos polacos y contaminan los suelos.
Polonia importó más de 730.000 toneladas de basura el pasado año y unas 700.000 en 2016, principalmente de Alemania y Reino Unido, pero también de países tan lejanos como Nueva Zelanda o Australia, según datos de la Inspección General para la Protección del Medio Ambiente polaca.
La importación de residuos para su tratamiento se ha convertido en todo un negocio en Polonia, especialmente desde que China ha restringido la cuota de basura que venía recibiendo de la Unión Europea, que en 2008 llegó a enviar al país asiático el 87 % de sus residuos plásticos, explicó a Efe la experta de la organización ecologista WWF, Ewa Chodkiewicz.
Incendios registrados en vertederos
El aumento de la basura que llega a Polonia ha saltado en los últimos meses a la opinión pública ante los continuos incendios registrados en vertederos.
Uno de los últimos, el que ocupaba entre el jueves y viernes a 130 bomberos cerca de Skawina (sur), afectaba a una planta de desechos plásticos y que obligó a enviar a los servicios de emergencia química para vigilar la contaminación generada en la zona.
En lo que va de año, se han producido más de 60 incendios en basureros polacos, entre ellos 27 en los más importantes del país, según datos del Ministerio de Medio Ambiente polaco, frente a los 36 del pasado año.
Los fuegos, que en algunas ocasiones han durado varios días, han obligado a los servicios de bomberos a emplearse a fondo, mientras grandes columnas de un humo negruzco se elevaban hacia el cielo ante la alarma de los residentes locales.
Los propietarios de los vertederos dicen ser víctimas de incendios provocados, aunque desde organizaciones ecologistas como WWF se cuestiona esta versión y se cree que podrían ser los mismos dueños de los basureros los que provocan el fuego para deshacerse de los desperdicios.
Los residuos se importan para reciclarse o almacenarse e incinerarse para producir energía, aunque en lugar de comprar la tecnología necesaria para hacerlo de manera respetuosa con el medio ambiente, se opta por prender fuego a la basura y así se acaba con el problema, alertan las organizaciones ecologistas locales.
Enormes nubes de gases tóxicos
Chodkiewicz alerta de que estos fuegos incontrolados están generando enormes nubes de gases tóxicos, que se suman al problema de contaminación atmosférica que sufren algunas zonas de Polonia por el elevado uso del carbón en las calefacciones.
El propio Gobierno polaco, espoleado por las críticas que denuncian su falta de control sobre la importación de residuos y su gestión, ha asegurado que tomará medidas para poner fin a esta situación.
El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, ha reconocido que “no se puede luchar contra la polución atmosférica por un lado, y por otro lado permitir que la salud de los ciudadanos se vea dañada por el envenenamiento ambiental” que supone esta quema masiva de desperdicios.
Para Chodkiewicz, el Gobierno debería aumentar los controles sobre los residuos que llegan a Polonia e imponer multas más severas para quienes incumplan la normativa medioambiental.
Al margen de los efectos contaminantes de la quema incontrolada de basura, Polonia sufre un importante problema de contaminación atmosférica por su excesiva dependencia del carbón.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ubica 33 de las 50 ciudades más contaminadas de Europa en Polonia, en su mayoría en las zonas mineras de Silesia, aunque la polución se llega a notar incluso en parajes boscosos de las montañas polacas, al sur del país, o en el norte, a orillas del Báltico.
Los polacos respiran un aire con casi 30 veces más partículas cancerígenas que hace unos diez años y las autoridades son incapaces de poner freno a una situación que provoca que cada año 50.000 personas fallezcan de manera prematura en este país centroeuropeo por enfermedades relacionadas con la mala calidad del aire, según datos de la OMS. EFEVerde