El Gran Norte tiene cerca de 180.000 sitios arqueológicos —en el Ártico noruego (60%), el Ártico canadiense (19%) y Alaska (20%)— que «el clima frío y húmedo» de esta región «ha conservado de manera extraordinaria» hasta hace relativamente poco, recuerdan los autores del artículo consultados por AFP.
Sin embargo, las alteraciones causadas por el aumento de la temperatura de la superficie de la Tierra «destruyen muchos de estos registros culturales y ambientales del Ártico», lamentan los arqueólogos polares cuyas conclusiones se basan en 46 estudios anteriores.
Especialmente porque «muy pocos de estos sitios han sido excavados» y podrían desaparecer antes de haber revelado sus secretos, señalan.
Los científicos destacan dos amenazas en particular: «La intensificación del derretimiento del permafrost», la capa normalmente helada de forma permanente que representa una cuarta parte de la superficie terrestre del hemisferio norte, y «la erosión costera» debido al aumento del nivel de las aguas y la multiplicación de tormentas.
Estos dos importantes efectos del cambio climático ya son responsables de la desaparición de varios caseríos polares.
«¡Esto es una catástrofe. La mayoría de los sitios, entre ellos varios de los más importantes, han desaparecido», declaró al diario Globe and Mail el arqueólogo polar Max Friesen, de la Universidad de Toronto y uno de los autores de este estudio.
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