El nadador de resistencia y Embajador de los Océanos de ONU Medio Ambiente, Lewis Pugh, ha llevado su cuerpo al límite para crear conciencia sobre las amenazas a nuestros océanos.

Ahora se prepara para hacerlo de nuevo: intentará nadar toda la longitud del canal de la Mancha para instar a los gobiernos a proteger 30% de los océanos del mundo para 2030.

«El canal de la Mancha es el Everest de la natación. Siempre ha sido el Everest de la natación y siempre lo será … porque es un nado muy difícil. Es largo, frío y lleno de medusas», dijo Pugh el martes en Londres mientras lanzaba oficialmente su travesía, bautizada “The Long Swim” (El largo nado).

Pugh partirá esta semana desde la comunidad de Land’s End (Fin de la Tierra) y nadará 560 km (350 millas) hasta la ciudad de Dover, durante 50 días consecutivos.

Su objetivo es nadar cinco horas al día, con un promedio de alrededor de 10-20 km (6-12 millas) por día. Ha estado entrenando en las aguas frías de las Islas Malvinas y luego en Sudáfrica -donde vive-, nadando a unos 7 km cada día. Pero este desafío no solo es corporal, sino también mental.

«Este va a ser un nado monumental», dijo. «Este es el nado más largo que jamás haya intentado y requerirá una mentalidad completamente diferente… Puedo mantener mi cuerpo estable, pero en última instancia será el corazón el que me lleve a Dover. Va a ser un viaje enorme en el aspecto físico y también en el mental».

Alrededor de 1.800 personas han nadado a través del canal de la Mancha desde que el Capitán Matthew Webb completó por primera vez el desafío en 1875. Sin embargo, nadie ha intentado nadar el canal de punta a punto con solo bañador, gafas y gorro de baño.

“The Long Swim” marca el comienzo de una campaña global de Acción por Océanos para instar a los gobiernos a proteger 30% de los océanos del mundo para 2030.

«He estado nadando en los océanos del mundo durante 30 años. Esto no es mucho tiempo en términos ecológicos y, sin embargo, ha visto los océanos cambiar ante mis ojos, desde el Ártico hasta el Antártico o los arrecifes de coral», dijo Pugh, que apoya la campaña Mares Limpios de ONU Medio Ambiente.

«Nuestros océanos no son limpios ni saludables. Cada año, veo más y más contaminación por plásticos … lo veo en la superficie y en el fondo de los océanos. Veo a los peces y a la aves comiendo plástico y muriendo por esa causa. Y si comemos ese pescado, también estamos comiendo plástico», dijo añadió.

Pugh, quien nació en Plymouth, Reino Unido, quiere aprovechar su nuevo desafío para llevar este mensaje urgente a casa. Su objetivo es presionar al gobierno británico para que establezca áreas protegidas marinas más seguras en todos sus territorios.

«Es impactante que un país que se presenta como líder oceánico solo haya protegido completamente 7 kilómetros cuadrados de sus 750.000 kilómetros cuadrados (de mares)», dijo.

El profesor Callum Roberts, un biólogo de conservación marina de la Universidad de York, asesor científico de la serie de televisión Blue Planet II y quien también asistió al lanzamiento de “The Long Swim”, dijo que Gran Bretaña necesita hacer más y recordó que el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de la ONU llama a todas las naciones a conservar al menos 10 por ciento de sus mares en 2020.

«Una pequeña fracción de nuestros mares está protegida de acuerdo con los mejores estándares de la práctica internacional. (…) la mayoría de las áreas marinas protegidas (del Reino Unido) no cumplen los criterios internacionales de gestión y protección, lo que significa que en lugar de haber superado el objetivo de protección del 10% de las Naciones Unidas, ahora estamos muy por detrás de ese punto», sostuvo.

«Necesitamos ofrecer protección a ecosistemas y sitios enteros en lugar de centrarnos en solo partes de ellos y con bajos niveles de protección. (…) Al hacer esto, tendremos una red internacionalmente exitosa de áreas marinas protegidas que estará a la vanguardia de la práctica de conservación, no solo en Europa, sino en todo el mundo», dijo Roberts.

Pugh, quien fue la primera persona en completar un nado de larga distancia en todos los océanos del mundo, realizó su primer desafío a larga distancia cuando tenía 17 años, entre Robben Island y Ciudad del Cabo. En 2007, realizó su primer nado a través del Polo Norte para destacar el derretimiento del hielo marino del Ártico. En 2010, nadó a través de un lago glacial en el Monte Everest para llamar la atención sobre el derretimiento de los glaciares y el impacto de la reducción de reservas de agua en la paz mundial.

Durante su travesía en el canal de la Mancha, a veces tocará la costa y espera que las comunidades estén allí para apoyarles. Él quiere que este sea «el nado de las personas».

La ONG de conservación marina Surfers Against Sewage (Surfistas contras las aguas residuales) organizará limpieza de playas a lo largo de la ruta de Pugh para movilizar apoyo a favor de las playas y los mares. La organización a lanzó recientemente una nueva campaña internacional llamada Comunidades libres de Plástico, cuyo objetivo es alentar a las personas, las empresas y los gobiernos locales a reducir su huella plástica colectiva.

Pugh sabe que este nado tendrá un alto costo en cada centímetro de su cuerpo: soportará la irritación bajo sus brazos, su lengua puede hincharse y existe el riesgo de contraer hipotermia. Si se las arregla para nadar casi seis horas al día, necesitará unas 10.000 calorías. «Pasaré mucho tiempo comiendo y nadando», comentó.

Y luego están las mareas del cabo, los remolinos y las medusas, que se agrupan entre Weymouth y Plymouth después del reciente aumento de temperaturas.

«No hay una manera fácil de lidiar con las medusas, especialmente si nadas por la noche», aseguró.

Sin embargo, la mayor hazaña será mantener la fe de que es posible llegar hasta el final.