Más de doscientas personas han muerto y decenas están desaparecidas a causa de las lluvias torrenciales récord que se han registrado en prácticamente la mitad del archipiélago nipón desde el 6 de julio, según los últimos datos ofrecidos por el Ejecutivo japonés.
Las prefecturas más afectadas son las de Ehime, Okayama y Hiroshima -oeste del país-, donde cuadruplicaron en 11 días el volumen total de lluvia de todo julio, provocaron inundaciones y corrimientos de tierra, arrasando miles de viviendas y dejando varias poblaciones aisladas.
Miles de personas han sido evacuadas de las zonas afectadas, unas 160 viviendas han quedado destruidas y otras 700 sufrieron daños significativos a raíz de las inundaciones y corrimientos de tierra desencadenados por las lluvias.
La cifra de desaparecidos asciende a 28 personas y otras 99 a las que aún no se ha podido localizar, aunque por el momento no se incluyen en el grupo de desaparecidos, según dijo señaló el ministro portavoz del Ejecutivo, Yoshihide Suga, que elevó el número de fallecidos hasta 204.
De ellos, más del 70 % tenían 60 o más años, según recogieron los medios locales.
Tras las lluvias, el calor amenaza
Los equipos de búsqueda, en los que participa unos 73.000 efectivos de las Fuerzas de Autodefensa (ejército), la policía y los bomberos participan se coordinan con un total de 18.000 voluntarios, que ayudan en las tareas de limpieza y reconstrucción de la zona.
La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) pronostica que los termómetros superarán los 30 grados Celsius durante los próximos días en muchas de las zonas damnificadas, lo que ha aumentado la preocupación ante posibles golpes de calor y la propagación de enfermedades infecciosas entre los desplazados y rescatistas.
El desastre natural es el más mortífero causado por un fenómeno meteorológico en el país asiático en 36 años.
Los trabajos de búsqueda se ven dificultados por el mal estado del terreno debido a los numerosos derrumbamientos y aludes de barro, unido a las zonas que siguen anegadas y que dificultan el acceso por carretera a muchas de las localidades afectadas y complica tanto las labores de búsqueda de desaparecidos como las tareas de asistencia a los evacuados.
Las empresas, también afectadas
El fenómeno meteorológico ha afectado a las grandes empresas niponas que cuentan con plantas de producción en las zonas más afectadas, y que se han visto obligadas a detener su producción.
Entre ellas están los fabricantes de vehículos Mitsubishi Motors y Mazda Motor o el conglomerado tecnológico Panasonic, que decidieron mantener cerradas sus plantas en el sudoeste del país debido a las inundaciones registradas en dichas instalaciones o en los domicilios de muchos de sus trabajadores.