- Stéphan es el asistente de Deschamps desde 2009
- Analiza las cualidades del seleccionador de Francia
- Responde a las críticas sobre el juego de los campeones del mundo
Saber rodearse de la gente adecuada es algo fundamental en cualquier empresa humana. Cuando llegó al Olympique de Marsella en 2009, Didier Deschamps eligió a Guy Stéphan como ayudante, y prolongó esa colaboración en 2012, al ser designado seleccionador de Francia.
Seis años más tarde, los Bleus han conquistado el segundo Mundial de su historia. Y ahora la mano derecha del técnico francés revela a FIFA.com cuáles han sido las claves de su éxito, que le han servido para figurar entre los tres finalistas al Premio The Best al entrenador de la FIFA de fútbol masculino.
Guy Stéphan, ¿qué opinión le merecía el Didier Deschamps futbolista?
Lo conozco desde 2000, cuando yo era asistente de Roger Lemerre en la selección francesa. Didier era el capitán y ya entonces tenía alma de entrenador. Un auténtico líder. Si hay alguien a quien imaginase en aquella época en un banquillo, era a él. Pero no podía ni sospechar que acabaríamos trabajando juntos.
Usted también ha entrenado a Zinedine Zidane. ¿Pensaba que él podía tener una carrera semejante como técnico?
No, mentiría si dijese lo contrario. No tenía la misma vocación que Didier. Después de su carrera como futbolista, Zizou se tomó un tiempo. Luego obtuvo los títulos y se fue forjando de forma muy metódica e inteligente. Lo que hizo con el Real Madrid es algo excepcional.
¿Qué es lo que más le impresiona de Deschamps hoy en día?
Sabe dirigir y aglutinar en torno a él. Tiene una gran capacidad de escucha, y una estupenda relación con los jugadores. Conoce perfectamente su trabajo y el alto nivel. Pero lo que más me impresiona es su facultad de tomar las decisiones correctas en el momento adecuado. En el Mundial acertó y supo mantener el rumbo incluso ante las críticas.
¿Cómo es durante los partidos?
Se muestra muy tranquilo. Y también creo que en estos seis años ha adquirido mucha serenidad. Tiene una capacidad de análisis muy interesante. Le gusta oír mis opiniones, así que yo se las doy. En última instancia quien decide es él, pero antes siempre lo hablamos todo.
¿Y usted qué le aporta?
Quizás el hecho de que fui número uno. En cualquier caso, es lo que él dijo en 2009, cuando le preguntaron por mi nombramiento. Yo sé lo que necesita. También consideró muy importante mi experiencia como entrenador en el extranjero, en África y en Turquía. De cualquier forma, ya llevamos nueve años, así que debe gustarle (risas).
¿Y qué responde usted ante esas críticas al juego de los Bleus en Rusia?
Se dijo mucho que no teníamos el balón, pero no es cierto: tuvimos un 49% de posesión en el conjunto del torneo. Esta selección presentó muchas virtudes. Destacaba en las fases de transición. Se desplazaba rápido hacia la meta contraria después de recuperar la pelota. También fue enormemente hábil en las jugadas a balón parado, así se marcaron goles decisivos. Y también hubo una gran solidez defensiva.
Una casa únicamente puede sostenerse si está asentada sobre buenos cimientos. Nosotros desplegamos un juego colectivo de calidad, con ataques rápidos y goles magníficos, como el de Benjamin Pavard, que hizo el empate a 2-2 contra Argentina. El pase fue de Lucas Hernández, y cuando el lateral izquierdo centra para el lateral derecho, eso quiere decir que los jugadores pueden expresarse dentro de la cancha.
Únicamente estuvimos por detrás en el marcador durante nueve minutos en toda la competición, es señal de que el equipo nunca perdió los nervios. No disputamos prórrogas. Marcamos cuatro goles en la final, hacía mucho tiempo que no se producía algo así. Todo esto demuestra que la selección francesa rindió a un nivel muy alto. Además de calidad, tenía un colectivo y un estado de ánimo fuera de lo común.
Deschamps es el 3º de la historia que se proclama campeón del mundo como jugador y como entrenador. ¿Qué cualidades le han permitido lograrlo?
Como he dicho, tiene talento para aglutinar en torno a él. Un seleccionador no es solo un entrenador que está con sus jugadores, sino todo un cuerpo técnico, una veintena de personas. Estos dos grupos tienen que convivir durante dos meses compartiendo un mismo objetivo.
Curiosamente, a él no le gusta mucho hablar del pasado…
Cierto. Utiliza su experiencia, pero no habla de su trayectoria como futbolista. Nunca dice: “En el 98, yo hice esto o aquello”. Vive en el presente, y esa fue la clave de su éxito tanto en 1998 como veinte años más tarde. Sin embargo, sí supimos aprovechar muy bien el revés de la Eurocopa de 2016. Eso nos permitió abordar mucho mejor la final de Rusia, con más tranquilidad. Didier ha crecido mucho. Sigue siendo un seleccionador joven que todavía tiene grandes años por delante. Conjuga maestría y conocimientos.
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