Una contribución extraordinaria, que puede ser mayor
Alrededor de mil cien millones de niñas forman parte de una gran y vibrante generación mundial preparada para asumir el futuro. Como observa ONU Mujeres, la agencia de la ONU encargada de promover la igualdad de género, las niñas van al colegio, ayudan en casa, trabajan en fábricas, hacen amigas y amigos, cuidan de sus familiares mayores y menores y se preparan para asumir las responsabilidades de la vida adulta. Las niñas desempeñan diversos papeles en el hogar, la sociedad y la economía. Por tanto, su progreso no solo es bueno para ellas; también lo es para sus familias, sus comunidades, las naciones y el mundo. Las niñas siempre han cambiado el mundo, y esta generación puede hacerlo aún mejor.
Sin embargo, la mayor parte de ellas están en desventaja y sufren discriminación de género. Por poner algunos ejemplos, solo dos tercios de los países en desarrollo han logrado la equidad de género en la educación primaria, muchas niñas sufren aún prácticas horribles como la ablación, otras son obligadas a casarse muy jóvenes o con alguien que no han escogido, o se ven discriminadas en favor de un hijo varón.
En ese contexto, se enmarca la meta fijada en el Objetivo número 5 de la Agenda para el Desarrollo Sostenible que busca «lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y la niñas».
Con ellas: una generación de niñas preparadas
La generación de niñas de hoy en día se están preparando para entrar en un mundo laboral constantemente cambiante, marcado por la innovación y la automatización. Hay una gran demanda de trabajadores cualificados, sin embargo, tan solo una cuarta parte de la juventud —en su mayoría mujeres— tiene un trabajo, está estudiando o cursando alguna actividad de formación.
Mil millones de jóvenes, 600 de los cuales son niñas adolescentes, entrarán en el mercado laboral en la próxima década. Más del 90 por ciento de los que viven en países en desarrollo trabajarán en el sector no estructurado, con sueldos bajos o sin cobrar, donde el abuso y la explotación laboral son muy comunes.
En este Día, trabajamos para que todas las niñas tengan más oportunidades de aprendizaje, para trazar nuevos caminos para ellas y hacer un llamamiento a la comunidad mundial para pensar cómo podemos preparar a estas jóvenes para que entren con éxito en el mundo laboral.
Bajo el lema «Con ellas: una generación de niñas preparadas», este día marca el comienzo de un año en el que se debe conseguir que los socios y las partes interesadas trabajen juntos para defender, llamar la atención e invertir en las necesidades y oportunidades más apremiantes de las niñas para que adquieran los conocimientos necesarios para ingresar en el mercado laboral.
¿Por qué un Día Internacional sobre las niñas?
Las adolescentes tienen derecho a una vida segura, educada y sana, no sólo durante estos años críticos de formación, sino también a medida que maduran. El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 66/170 en la que declaraba el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña, con el objetivo de reconocer los derechos de las niñas y los problemas extraordinarios a los que las niñas se enfrentan en todo el mundo.
Si se les apoya con eficacia durante los años de adolescencia, tendrán el potencial para cambiar el mundo, tanto como las niñas que son hoy, como las trabajadoras, madres, empresarias, tutoras, jefas de familia y líderes políticos que serán mañana. Invertir en su potencial defiende sus derechos ahora y promete un futuro más equitativo y próspero, uno en el que la mitad de la humanidad sea un socio en condición de igualdad para la solución de los problemas del cambio climático, los conflictos políticos, el crecimiento económico, la prevención de enfermedades, y la sostenibilidad mundial.
Durante los últimos 15 años, la comunidad internacional ha hecho progresos significativos en la mejora de las vidas en la primera infancia. En 2015, las niñas en su primera década de vida tenían más probabilidades de inscribirse en la escuela primaria, recibir las vacunas necesarias y ser menos propensas a sufrir problemas de salud y nutrición que las generaciones anteriores. Sin embargo, no se ha invertido lo suficiente para hacer frente a los retos a los que se enfrentan cuando entran en la segunda década, como obtener una educación media y superior de calidad, evitar el matrimonio infantil, recibir información y servicios relacionados con la pubertad y la salud reproductiva, como la protección contra el embarazo no deseado, las enfermedades de transmisión sexual y la violencia basada en el género.
A medida que la comunidad mundial pone en marcha los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para su aplicación en los próximos años, el Día Internacional de la Niña se presenta como una buena oportunidad para reconocer los logros obtenidos en este terreno.