Con un golazo del guajiro Luis Diaz (74) y otro de Rafael Pérez, de penalti, en la agonía del juego (90+2), Junior se impuso 2-0 a Defensa y Justicia, anoche en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, y dio un gran paso en su lucha por avanzar a la semifinal de la Copa Sudamericana por segundo año consecutivo.
El próximo jueves 1 de noviembre se disputará el segundo round de esta serie, muy probablemente en el estadio de Lanús.
Junior extrañó la brújula y guayo de seda de Jarlan Barrera (ausente por expulsión) en el primer tiempo. Había, dinámica, ganas y chispa, pero hacía falta esa dosis de talento para clarificar en el último tramo de las jugadas. Solo el toque distinto de Teófilo Gutiérrez marcaba diferencia esporádicamente. Sebastián Hernández andaba impreciso y Víctor Cantillo aparecía poco.
Luis Díaz fue amo y señor del carril izquierdo. Cada vez que se decidía a fugarse por esa banda, lo hacía imparable. Solo se frenaba él mismo haciendo una jugada de más, excediéndose en amagues, buscando infructuosamente un socio o enviando un centro que no contó con un oportuno rematador.
Marlon Piedrahíta y Daniel Moreno no explotaron demasiado el sector derecho. Era la mejor fórmula ofensiva de los rojiblancos y varias veces estuvo a punto de convertir con acciones que surgieron desde ese costado. Moreno estrelló la más clara contra el palo.
Sin embargo, así como Díaz hacía trizas a Martínez, la pandilla de ‘Minions’ de Beccacece amenazaba el arco de Sebastián Viera. Nunca se quedaban quietos los visitantes amarillos, especialmente los pequeñines que encabezaban el ataque.
Velocidad, gambetas, agilidad, sorpresa. Era ‘Ataque y Justicia’. Siempre de tú a tú, con presión alta, incomodando a Junior y tratando de anotarle. Viera tuvo que intervenir milagrosamente en una oportunidad nítida que se le presentó a Fernández al borde del área chica.
En el segundo tiempo Beccacece mandó a Molina a custodiar a Díaz y lo logró controlar en algunas acciones. No obstante, el guajiro se le escapó ante un perfecto centro de Daniel Moreno (más bien un pase), detuvo la pelota con el pecho y definió el gol que desahogo tanta angustia en la tribuna.
Defensa y Justicia pagó caro tratar de imponer su estilo de juego en unas condiciones climáticas adversas para ellos. El equipo argentino terminó desgastado y en los últimos minutos fue puesto contra las cuerdas por Junior, que pretendía pegar primero y duro.
El segundo golpe llegó en el epílogo del juego tras un claro penalti sobre Piedrahita. Rafael Pérez asumió con acierto su primera responsabilidad como cobrador y puso la cereza al pastel. El dulce sabor de la victoria en la primera batalla, solo eso, falta la segunda en Buenos Aires, pero anoche se dio un gran paso.
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