El satélite Copernicus Sentinel-5P, operativo desde principios de 2018, está comenzando a proporcionar imágenes de alta resolución que muestran la presencia en la atmósfera de gases contaminantes invisibles para el ojo humano.
Entre las primeras imágenes publicadas por los científicos de la misión se encontraban concentraciones de dióxido de nitrógeno que emanan de centrales eléctricas, así como ciudades asfixiadas por el humo del tráfico en Europa.
El Sentinel-5P, el primer satélite Copernicus dedicado al monitoreo de la química atmosférica, lleva consigo un solo instrumento llamado Tropomi. El Tropomi es un espectrómetro que observa la luz del sol reflejada desde la Tierra y analiza sus diferentes colores.
El Sentinel-5P es el sexto en una constelación de satélites que forma parte de Copernicus, el programa de monitoreo de la Tierra y el medio ambiente dirigido por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) y la Unión Europea.
El satélite puede producir mapas globales diarios de los gases y partículas que contaminan el aire. «La contaminación pone en riesgo la salud de millones de personas, por eso es importante entender exactamente qué hay en el aire para poder emitir pronósticos precisos y, en última instancia, implementar políticas adecuadas de mitigación», explica la ESA.
Específicamente, el satélite Sentinel-5P está midiendo los niveles globales de los siguientes gases traza: ozono (O3), dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO), metano (CH4) y formaldehído (HCHO), así como los aerosoles en la atmósfera terrestre.
Todos estos gases alteran el aire que respiramos y por lo tanto afectan nuestra salud. Algunos de estos gases también juegan un papel en el cambio climático.
Por ejemplo, el ozono estratosférico, que se encuentra en lo alto de la atmósfera de la Tierra, protege a los humanos de la peligrosa radiación ultravioleta proveniente del sol, mientras que el ozono cercano a la superficie de la Tierra puede causar problemas respiratorios.
Otros gases, como el dióxido de azufre, el dióxido de nitrógeno y el monóxido de carbono, se producen al quemar combustibles fósiles. Si son inhalados por los humanos, estos gases pueden afectar gravemente la cantidad de oxígeno que entra en el torrente sanguíneo.
El metano es un gas producido por la quema de combustibles fósiles y la descomposición de materiales orgánicos en vertederos. También puede originarse a partir de la digestión del ganado y otros animales. Además de causar problemas respiratorios, es un potente gas de efecto invernadero.
Además de los gases traza, el Sentinel-5P también monitoreará las partículas de aerosol que se producen por la quema de combustibles fósiles, incendios forestales, polvos del desierto o erupciones volcánicas. Estas partículas reducen la calidad del aire y afectan el clima.
Un aspecto único de la misión es que el Sentinel-5P puede medir la contaminación emitida por ciudades específicas o partes de una ciudad. Esto es crucial porque la información que se usa actualmente en los inventarios de emisiones se compila en gran medida a partir de información estadística sobre sitios industriales, densidad de población o tráfico, entre otros. Estos inventarios generalmente no se actualizan regularmente y están sujetos a indicadores nacionales que pueden variar de un país a otro.
La contaminación del aire mata a siete millones de personas cada año, según la Organización Mundial de la Salud. Monitorear el aire que respiramos es vital para mejorar su calidad.
Datos abiertos
Los datos del satélite, gratuitos y abiertos a cualquier persona, serán utilizados por el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera Copernicus para emitir pronósticos y ayudar a implementar políticas de mitigación.
Además, abrirá nuevas oportunidades a propietarios de pequeñas y medianas empresas, así como a emprendimientos. Por ejemplo, los datos podrían permitir el desarrollo de aplicaciones móviles relacionadas con la calidad del aire y la atmósfera, incluidas actualizaciones oportunas de información sobre la calidad del aire y alertas de alta radiación ultravioleta.
«El satélite Sentinel-5P nos permite ver y medir la contaminación del aire con mucha más precisión», dice Sean Khan de la Unidad de Monitoreo Ambiental Global del Aire de ONU Medio Ambiente. “Estos datos de alta calidad sobre la contaminación del aire tienen el potencial de permitir que los gobiernos, particularmente en los países en desarrollo, y otros actores que trabajan en el impacto de la mala calidad del aire, desarrollen políticas efectivas para abordar el problema”.
Respira La Vida – una campaña global por un aire limpio
La campaña Respira La Vida, liderada por la Organización Mundial de la Salud, ONU Medio Ambiente y la Coalición Clima y Aire Limpio, apoya iniciativas para mejorar la calidad del aire, promueve el uso de energías limpias y ayuda a las ciudades, regiones y países a desarrollar políticas y programas para reducir la contaminación del aire.
La campaña cuenta actualmente con la participación de 43 ciudades y gobiernos regionales que abarcan una población de 100 millones de habitantes en todo el mundo.
La campaña Respira La Vida hace hincapié en las medidas que pueden tomar las comunidades o individuos para mejorar la calidad del aire, por ejemplo, detener la quema de desechos, promover espacios verdes y caminar o andar en bicicleta.