El Trineo de Viento volverá a los hielos a partir del próximo 1 de diciembre en la expedición científica «Antártida Inexplorada 2018-19», gracias a la cual se adentrará durante 50 días en el plato oriental de la Antártida.

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Se trata de “una de las áreas más desconocidas e inhóspitas” del continente blanco, que será surcado por este vehículo ecológico polar en un nuevo viaje liderado por el explorador Ramón Larramendi, como han explicado varios miembros de la expedición durante la presentación del viaje hoy en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.

“Ecología, economía, fiabilidad y versatilidad”, ha resumido Larramendi, son los valores del diseño de este trineo eólico, que será empleado como “óptima plataforma de investigación” para desarrollar una decena de proyectos científicos nacionales e internacionales en el interior de la Antártida oriental.

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Ramón Larramendi en la presentación de la expedición científica. EFE/Noel Castr

El director de la expedición ha insistido en la importancia de “simplificar la logística al máximo, incluso en detrimento del confort”, para cumplir de acuerdo con lo planificado la ruta triangular de ida y vuelta prevista para este viaje, en el cual recorrerán unos 2.000 kilómetros por el continente helado.

El trayecto, que no ha sido cubierto con anterioridad por ninguna expedición carente de medios motorizados y asistencia externa como ésta, incluye la subida hasta la cima del conocido como Domo Fuji, “el segundo punto más alto del interior de la Antártida”, ha insistido, “con sus 3.810 metros de altura”.

Energía renovable

El biólogo y experto en energías renovables Ignacio Oficialdegui, que acompañará a Larramendi como parte del equipo, ha añadido que el hecho de que el trineo se desplace exclusivamente con energía renovable y emisiones cero ha sido “uno de los principales retos técnicos” de la misión.

El vehículo utiliza para impulsarse varios juegos de cometas, de hasta 150 metros cuadrados de superficie y capaces de alcanzar los 200 metros de altura, de manera que puede aprovechar los vientos en función de su intensidad y dirección.

Para generar la electricidad que necesitará la expedición, los investigadores aprovecharán las 24 horas de luz solar en el Polo Sur durante su actual época de verano, a través de distintos módulos fotovoltaicos “de alta tecnología” que irán adheridos a distintas partes del trineo.

Uno de los retos energéticos que ha sido necesario afrontar, según Oficialdegui, es el almacenaje de esa electricidad y, para resolverlo, “probaremos por primera vez unas baterías resistentes a temperaturas de hasta 60 ºC bajo cero”.

Trabajos de la expedición

El equipo recogerá datos para proyectos científicos de entidades como la Agencia Espacial Europea (ESA), el Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) y distintas universidades nacionales e internacionales.

Entre otras tareas, los científicos probarán unos sensores que está previsto viajen a Marte en 2020, recogerán información sobre influencia del cambio climático en la región, analizarán contaminantes orgánicos persistentes en la Antártida y evaluarán el sistema de navegación por satélite Galileo de la ESA.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha confirmado que proporcionará una “predicción meteorológica a la carta” para la expedición, que además probará por primera vez una estación meteorológica móvil en la zona.

Además de Larramendi y Oficialdegui, el convoy eólico cuenta con los expedicionarios Hilo Moreno, guía y ayudante en la base antártica española Juan Carlos I, y Manuel Olivera, ingeniero industrial.

“Antártida Inexplorada 2018-19” está patrocinada por la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco y la agencia de viajes Tierras Polares. EFEverde