Bogotá, 22 de noviembre de 2018 – En una muestra histórica de unidad, los líderes de diferentes tradiciones religiosas se unieron hoy a pueblos indígenas, comunidades afrocolombianas, científicos del clima y ONG para comprometerse a defender la Amazonía de la deforestación.
La Iniciativa Interreligiosa de Bosques Tropicales en Colombia se lanzó hoy en un evento en Bogotá convocado por ONU Medio Ambiente y una coalición de aliados de múltiples religiones. A través de esta plataforma, líderes de diversas tradiciones espirituales ponen de relieve su responsabilidad moral compartida para poner fin a la destrucción de los bosques de Colombia y proteger a los pueblos indígenas que cuidan de estos ecosistemas valiosos.
“La protección y restauración de bosques es una de nuestras mejores herramientas para enfrentar el cambio climático. Hemos progresado bastante en los últimos años, pero lamentablemente la deforestación está aumentando nuevamente en muchas partes del mundo «, dijo Joyce Msuya, Directora Ejecutiva Interina de ONU Medio Ambiente. «El compromiso, la voz moral y la influencia que tienen los líderes religiosos no solo es bienvenida, sino que se necesita con urgencia como parte de nuestro esfuerzo por hacer las cosas mejor”, añadió.
Estos nuevos aliados se unen en un momento crucial en la historia de Colombia. Bajo el Acuerdo de París sobre cambio climático, el gobierno se comprometió a reducir drásticamente la deforestación para 2020, y el tribunal más alto de la nación recientemente reconoció a la Amazonía como un sujeto de derecho. Sin embargo, la pérdida de bosques en Colombia, uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, se ha disparado desde que se firmó el acuerdo de paz con las FARC en 2016.
A nivel global, cada minuto desaparece un área de bosque tropical equivalente a 40 campos de fútbol, principalmente debido a la tala ilegal y la expansión de la ganadería y los cultivos de aceite de palma. Otros factores importantes incluyen los incendios forestales, la construcción de nuevas carreteras y el cultivo ilícito de coca. Colombia, que perdió casi 220.000 hectáreas de bosque en 2017, se encuentra entre los diez países con los niveles más dramáticos de deforestación.
La iniciativa reconoce la urgente necesidad no solo de proteger los bosques, sino también de proteger los derechos de los pueblos indígenas y de las comunidades afrodescendientes.
Un creciente volumen de evidencia muestra que las comunidades indígenas y otras comunidades forestales superan a otros tipos de administradores de bosques tropicales cuando sus derechos son reconocidos y protegidos.
Los pueblos indígenas de Colombia han obtenido el título de 23 millones de hectáreas de sus territorios ancestrales en la Amazonía, lo que representa 75% de la Amazonía colombiana. Pero las comunidades locales son vulnerables a industrias extractivas con intereses poderosos que a menudo utilizan la violencia para ganar espacios.
Según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), en los últimos dos años, al menos 68 miembros de comunidades indígenas han sido asesinados y 5.730 personas han sido obligadas a abandonar sus hogares.
Colombia es la única con un aumento en la deforestación y en la violencia contra sus pueblos. Los científicos estiman que solo en la última década la tierra ha perdido un área de bosques tropicales del tamaño del Reino Unido, Francia y Alemania combinados. Las industrias extractivas y la producción agrícola de alimentos como carne de res, soja, aceite de palma, pulpa y papel están impulsando la deforestación tropical.
En todo el mundo, la corrupción, la débil gobernanza, el uso ineficiente de la tierra y los patrones de consumo insostenibles se encuentran entre los principales factores que socavan los compromisos voluntarios de los gobiernos y la industria.
Sobre la Iniciativa Interreligiosa de Bosques Tropicales
La Iniciativa es una plataforma para que los líderes y las comunidades basadas en la fe trabajen con los pueblos indígenas, los gobiernos, la sociedad civil y las empresas en acciones que protejan los bosques tropicales y a las personas que los cuidan. ONU Medio Ambiente implementa la iniciativa con el apoyo del Gobierno de Noruega.