El reciente Premio Nacional de Investigación Pedro Jordano cree que la cumbre del clima de Katowice (Polonia) debe impulsar medidas eficaces contra el cambio climático porque aunque el medioambiente «es robusto y aguanta alteraciones» ya ha comenzado a manifestar «fragilidades, muchas, irreversibles».

“El medioambiente es robusto y aguanta alteraciones, hasta que deviene frágil en un punto a partir del cual el cambio acontece de forma irreversible y entonces es muy difícil recuperar su robustez”, destaca en una entrevista con EFEverde.

Jordano (Córdoba, 1957), profesor de investigación del CSIC en la Estación Biológica de Doñana, de Sevilla, acaba de recibir el Premio Nacional “Alejandro Malaspina” de Ciencias y Tecnologías de los Recursos Naturales, galardón recuperado por el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, y que suma a otros como el Rey Jaime I, que recibió en 2014, o el de la Sociedad Británica de Ecología, en 2016.

Autor de 180 publicaciones científicas, que rondan las 21.500 citas, ha sido investigador principal de 25 proyectos, supervisor de once contratos postdoctorales y de una quincena de tesis, y profesor en universidades españolas, danesas, suecas, brasileñas y estadounidenses.

EFE/Jose Manuel Vidal

Cambio a las “economías circulares”: reducción, reutilización y reciclaje

Experto mundial en el estudio de las redes ecológicas que forjan las interacciones entre plantas y animales, Jordano recuerda que el cambio climático cuenta con un diagnóstico científico “robusto, certero y preciso”, basado en un “consenso internacional enorme” sobre sus evidencias, por lo que cree llegado el momento de “dar el salto a las soluciones, que también conocemos, mediante un cambio drástico en los sistemas económicos”.

Por ello, urge a afrontar una “transición” desde las actuales “economías lineales”, basadas en un consumo casi ilimitado de recursos naturales, hacia las “economías circulares”, en las que prime la reducción, reutilización y reciclaje.

“Si no actuamos urgentemente y de una forma decisiva, aunque la situación mejore no va a alcanzar los umbrales de mejora que necesitamos para que realmente haya un cambio de tendencia; la pauta de cambio es tan acusada que necesitamos aplicar medidas muy drásticas para que no lleguemos a una transición irreversible, a un punto en el que el retorno a un condición mejor sea imposible”, apostilla.

Sus estudios en la selva brasileña de la Mata Atlántica -uno de los biomas forestales más amenazados del mundo, más incluso que la Amazonia- han revelado, por ejemplo, que la extinción de animales frugívoros (que transportan semillas) ha colapsado servicios ecológicos básicos, como la regeneración natural del bosque o el mantenimiento de la conectividad entre las masas arboreas cuando se fragmenta la selva.

“Lo que nos sorprende cuando documentamos estos cambios en cadena es que causan efectos sobre áreas muy extensas y que acontecen de forma muy rápida; estos cambios ya no son seculares, son muy rápidos y se pueden percibir en un vida humana”, explica.

Jordano valora que el Gobierno haya restituido los premios nacionales de Investigación Científica; considera que el suyo no es solo por méritos propios, pues la ciencia actual es el resultado de trabajo en equipo.

Además confía en que este galardón, el cuarto que recibe la Estación Biológica de Doñana, ayude a que este instituto del CSIC recupere la máxima distinción de excelencia Severo Ochoa y se añada así un primer centro sobre Biodiversidad, Ecología y Conservación del Medio Ambiente a los de excelencia científica españoles.

También opina que la creación de un Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades “no es nada trivial” y resulta “esperanzador” porque “abre una puerta que antes estaba cerrada a cal y canto”, pero se muestra “poco optimista” por la falta de inversión científica, “que se ha desplomado” en los últimos años y los perjuicios de una burocracia “kafkiana” en los modos de gestión de la ciencia en España.

Para este “científico de a pie”, la ciencia española afronta una “tormenta perfecta” al coincidir las fuertes limitaciones para la consolidación laboral de jóvenes investigadores, “y especialmente de mujeres“, subraya, con la jubilación de las promociones científicas surgidas a mediados del siglo pasado.

Frente a ello propone una valoración real de la importancia de la ciencia por los poderes políticos, que se alinee con países de nuestro entorno que valoran la ciencia como uno de los principales motores de desarrollo en sociedades democráticas modernas, dada la rapidez con la que avanza a escala mundial. EFEverde