La organización de eventos deportivos como el rally automovilístico Dakar -que comienza este fin de semana en Perú-, repercuten en el medioambiente por la huella ecológica que dejan y el impacto en la biodiversidad ante la invasión de espacios naturales, la afluencia de público y la logística que conlleva.

La 41 edición del rally Dakar se realizará este año por primera vez en un solo país, Perú, y, según cálculos oficiales, se generarán 15.000 toneladas de dióxido de carbono, así como más de cien toneladas de residuos sólidos que se recogerán en los campamentos de la caravana y en zonas de espectadores a lo largo del recorrido.

Emisiones  a la atmósfera

SEGUNDA ETAPA DEL RALLY

Un participante en una de las etapas del rally Dakar 2013, en Pisco (Perú). EFE/Felipe Trueba/ARCHIVO

El rally 2019 recorrerá 5.000 kilómetros en diez etapas, que se iniciarán en Lima (centro) hasta llegar a Tacna (sur) para retornar finalmente a la capital peruana.

Según datos de la organización, el Dakar, que llegó a América Latina en 2009, generará emisiones de dióxido de carbono que se compensarán con donaciones para proyectos de conservación en la región amazónica de Madre de Dios y el Parque Nacional Cordillera Azul.

El Ministerio del Ambiente de Perú señala en su página web que Dakar 2019 será “carbono neutral” al compensar las actividades con la adquisición de 5.000 toneladas de créditos de carbono del proyecto Reducción de Emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la Deforestación y Degradación de los bosques, la conservación y el incremento de las capturas de CO2 (REDD).

Esto beneficiará, según las fuentes oficiales, al Parque Nacional Cordillera Azul, situado en las regiones de Huánuco, San Martín, Ucayali y Loreto, una zona de transición entre los Andes y la Amazonía.

Ello se sumará a las 10.000 toneladas que compensarán en el proyecto Madre de Dios Amazon REDD, zona amazónica afectada por la minería ilegal, recalcan.

Los pilotos participantes en esta edición recorrerán entre otros territorios dunas, arenales y litoral por zonas del desierto de Ica, y las localidades de Pisco, San Juan de Marcona y Arequipa al mando de 337 vehículos, entre ellos, 138 motos, 96 automóviles, 41 camiones, 33 utilitarios todoterreno (UTV) y 29 quads.

Impacto sobre la biodiversidad

Feria Dakar

Un motociclista realiza saltos durante la apertura de la “Feria Dakar” este viernes en Lima (Perú). EFE/SEBASTIAN CASTAÑEDA

Para el director de conservación de WWF España, Enrique Segovia, el “impacto es claro sobre la biodiversidad”, por los problemas de “abrasión, fragmentación y de distorsiones en el medio natural”, según ha manifestado a EFEVerde.

En su opinión, hay que tener en cuenta tres aspectos cuando se celebran este tipo de eventos en espacios protegidos, incluida España.

Según Segovia, en primer lugar “la sensibilidad del sitio por el impacto que puede generar entrar con vehículos rodados y la velocidad de los mismos por lugares sensibles a la biodiversidad”.

Además, hay que valorar, según el experto, el desplazamiento de una gran cantidad de equipos de apoyo, de logística e infraestructura, que repercute en el espacio natural.

Por ello, destaca la necesidad de “hacer una gestión correcta de los residuos”.

Igualmente, hay que tomar en cuenta el número de personas que se desplazan a los lugares donde se realiza la competición, y que generan contaminación y basura que afectarán a los hábitats de las especies de la zona.

En función del número de etapas o si acogen la salida o la llegada, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Perú, países que han acogido el rally, han pagado un canon de entre 4 y 6 millones de dólares a la empresa francesa Amaury Sport Organisation (ASO), organizadora de la carrera.

Espacios frágiles

No obstante, Chile desde la adopción de políticas de protección con el medio ambiente durante los gobiernos de la expresidenta Michelle Bachelet se ha opuesto a acoger la competición.

Desde el punto de vista medioambiental es difícil comprender la celebración de este tipo de eventos por lugares de valor ambiental y frágiles para la biodiversidad, lamenta Segovia.

Lo que se busca es “el riesgo y la aventura”, en “sitios lo más inaccesibles, lejanos e inhabitados y por lo tanto más salvajes e importantes desde el punto de vista de la biodiversidad, sostiene.

Sin embargo, es “difícilmente justificable”, y en ese sentido la recomendación siempre es “evitar el tránsito por lugares sensibles”, concluye. EFEverde