Una especie más de este planeta ha llegado a la extinción. Los científicos de la Universidad de Hawái presenciaron este 1 de enero el fin del Achatinella apexfulva, o caracol hawaiano.
Este caracol llevaba 14 años viviendo en el plantel de la universidad. Su nombre eraGeorge, en honor a una tortuga de las Galápagos cuya muerte también dio fin a su especie.
La extinción de George es una muestra emblemática del problema que azota los ecosistemas de Hawái. Antes, la variedad de criaturas emparentadas con él era increíblemente diversa: 750 especies de moluscos solían habitar en la isla.
Ahora, según la revista National Geographic, el 90% de los moluscos hawaianos está extinto.
El caracol hawaiano cumplía una función importante en este ecosistema. Habitaba en los árboles y se alimentaba de los hongos que crecían sobre sus hojas, ayudando a mantenerlos libres de enfermedades.
Por más pequeña que una pérdida así pueda parecer, especies como la de George realmente cumplen un papel ecológico fundamental: descomponen el material sólido que queda en la tierra después de la erosión y ayudan a regenerarla.
Que un ejemplar del caracol hawaiano siguiera vivo tras décadas de peligro crítico demuestra el poder de resiliencia de la naturaleza; pero ésta tiene un límite.
Las especies animales han hecho lo posible por adaptarse a las perturbaciones de su hábitat. Comprender sus ritmos y procurar su conversación es una tarea que ahora recae en nosotros.