Con paso firme, Novak Djokovic abrió su participación en el Abierto de Australia imponiéndose por 6-3, 6-2 y 6-2 a Mitchell Krueger en la Rod Laver Arena. El seis veces campeón del torneo, que se medirá ahora Jo-Wilfried Tsonga, no dejó muestras de debilidad en su primera actuación en el Grand Slam que abre la temporada.

Krueger empezó el partido logrando un valioso break para colocarse 2-1. La sorpresa, sin embargo, duró lo que dura un parpadeo. Al juego siguiente, Djokovic logró romper el saque del estadounidense y devolver la igualdad a la primera manga, regularizando el ritmo normal del partido y afianzándose tras unos primeros compases turbulentos.

El serbio, que cayó hace unas semanas en las semifinales de Doha ante Roberto Bautista Agut, demostró un ritmo de crucero espectacular para los primeros encuentros de la temporada, el mismo que le llevó a conquistar con mano de hierro la segunda mitad de 2018, incluyendo su histórica recuperación del No. 1 del mundo y los títulos en Wimbledon y en el US Open.

Aunque Krueger le puso las ganas y el empeño, dejándose todo sobre la pista, Djokovic anuló las virtudes del aspirante haciendo gala de un tenis agresivo y a la vez controlado, el mismo con el que ha celebrado las grandes conquistas de su carrera.

Desde que recuperó el break de ese primer set, Djokovic devoró las tres mangas de un tirón, accediendo a la siguiente ronda con paso firme.

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